Cada día, más mujeres despiertan a una nueva forma de liderar, transformando las creencias sobre el tema y haciéndose conscientes de que el verdadero liderazgo femenino, no radica solamente en el hacer, en el éxito externo o en estar constantemente ocupadas y productivas, saben que el liderazgo que impacta, que perdura y trasciende, es el que comienza por dentro: El Liderazgo desde el SER.
Esencialmente liderar desde el SER, no significa dejar de tomar acción estratégica y asumir responsabilidad por lo que se tiene que hacer para lograr los sueños del alma y las metas trazadas, tanto en lo personal como en lo profesional, sino, se trata de hacerlo con propósito, intención, consciencia y autenticidad, soltando lo que invita a la perfección y a la comparación, despidiendo los esfuerzos rigurosos, la competencia dañina y la exigencia personal.
Cuando una mujer está llamada a liderar de esta forma, más allá de los títulos profesionales, conocimientos y roles femeninos, que también son parte importante, básicamente, está recibiendo una invitación amorosa al autoconocimiento para reconocer el valor y el poder ilimitado que le habita, también a reconectar con su esencia, sabiduría y mundo interior, donde se crea con significado todo lo que se hace visible y tangible.
Quienes lideran desde este enfoque, no están aquí con la necesidad de encajar en paradigmas tradicionales rígidos, tampoco van de prisa al cumplimiento de sus metas, están claras de que caminan en presencia y coherencia alineadas a la voz de su alma, a sus valores, motivaciones y a sus principios, sobretodo, a un propósito mayor para el bien colectivo, por lo tanto, se dan el permiso de ser flexibles y benévolas consigo mismas, asimismo, se permiten pausar y redefinir sus aspiraciones más profundas si es necesario.
Por mucho tiempo, se ha tenido la creencia de que para liderar y ser exitosas, hay que ser fuerte y hacerlo desde un empoderamiento distorsionado, sin embargo, no es lo mismo ser duras y rígidas que operar en tu vida personal y profesional con carácter y autoridad desde un espacio de sutileza, siendo poderosas con la suficiencia de contribuir, contener y transformar.
En un momento tan importante y decisivo para la humanidad, donde urge que sigan naciendo líderes auténticas y comprometidas a transformar vidas en diferentes espacios, liderarse y liderar en consciencia, se convierte en una luz para dirigir a quienes desde el alma estén dispuestas a tomar el camino de reconectar con quienes son verdaderamente y de recordar el sentido por el qué están aquí en la tierra.