104% arancel del siglo

Ultima Actualización: viernes, 11 de abril de 2025. Por: Artículo Invitado

Por Pavel De Camps Vargas

En una jugada que reconfigura las bases del comercio internacional, Estados Unidos ha anunciado un arancel del 104% sobre todas las importaciones provenientes de China, efectivo a partir de este 9 de abril de 2025. Esta medida, confirmada por la secretaría de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, ha sido descrita por la administración Trump como una respuesta directa a los aranceles de represalia del 34% impuestos por Pekín.

 

“Cuando Estados Unidos recibe un golpe, responde con más fuerza”, declaró Leavitt en un tono desafiante durante una conferencia de prensa el pasado lunes. Además, advirtió que, si China no revierte su postura, la Casa Blanca podría imponer un arancel adicional del 50%, lo que ya suma un 104% de carga sobre los productos del gigante asiático.

 

La reacción fue inmediata: el Ministerio de Comercio de China tildó la medida como una “práctica de intimidación unilateral” y prometió contramedidas para proteger sus intereses nacionales, elevando así las tensiones comerciales entre las dos principales economías del mundo.

 

Una cobertura dividida: ¿realidad o retórica?

 

Los medios de comunicación, como era de esperarse, no tardaron en alinearse ideológicamente.

Los medios de derecha presentaron la medida como una victoria estratégica, destacando la “columna vertebral de acero” del expresidente Trump, que no teme enfrentarse a una “China comunista” para proteger a los trabajadores estadounidenses. Para ellos, este arancel es una bofetada al abuso comercial y una defensa patriótica del empleo nacional. Incluso se jactan de que más de 70 países han mostrado disposición para renegociar sus relaciones comerciales tras este anuncio.

 

Por otro lado, los medios progresistas han advertido del alto costo económico de la medida. En sus análisis, predomina la preocupación por los despidos masivos que podrían generarse en empresas estadounidenses dependientes de insumos chinos, y la posible inflación por el encarecimiento de productos básicos. Califican la acción como "irresponsable, unilateral y provocadora", y consideran que desestabiliza aún más una economía global que ya venía tambaleando tras las secuelas de la pandemia y la guerra en Ucrania.

 

El efecto dominó: ¿Latinoamérica a la deriva?

 

El impacto inmediato de este super-arancel se sentirá más allá de las costas del Pacífico.

 

Latinoamérica, particularmente países como México, Brasil, Colombia y la República Dominicana, enfrentan un nuevo dilema geoeconómico. Si bien algunos exportadores locales podrían aprovechar la vacante que China dejará en el mercado estadounidense, otros sufrirán indirectamente el golpe por la desaceleración del comercio internacional.

 

En el caso específico de República Dominicana, que depende fuertemente del turismo, las zonas francas y las remesas —sectores que fluctúan al ritmo de la economía estadounidense—, el panorama es alarmante. Un alza de precios en EE. UU. podría traducirse en una reducción del consumo de bienes importados, incluyendo textiles y componentes fabricados en territorio dominicano. Además, una contracción económica estadounidense podría afectar las remesas, uno de los principales pilares económicos del país. ¿Hacia una nueva guerra comercial?

 

Este nuevo arancel no sólo revive la guerra comercial de 2018, sino que la lleva a un nivel nuclear. Lo que antes era una batalla por el acero y los productos tecnológicos, hoy amenaza con convertirse en una disputa de supervivencia económica global. ¿Podrá el mundo resistir un nuevo terremoto comercial entre los dos titanes del planeta?

 

El multilateralismo económico parece cada vez más frágil ante el auge del nacionalismo económico. El riesgo de una fragmentación del comercio mundial, con bloques enfrentados, parece más real que nunca. La pregunta que queda en el aire es:

¿Hasta dónde llegará esta guerra de aranceles? Y más importante aún… ¿Cómo evitar que la República Dominicana termine siendo una víctima colateral en un conflicto que no comenzó, pero cuyas consecuencias no podrá esquivar?