En la película “Rescatando al soldado Ryan”, unos soldados norteamericanos arriesgan sus vidas para salvar al soldado James Ryan, cuyos tres hermanos han muerto en la guerra. Existía una gran posibilidad de que su madre se quedara sin hijos, a no ser que tuviera éxito la misión encomendada al capitán del regimiento, interpretado espectacularmente por Tom Hanks.
Con un guion de Robert Rodat y bajo la dirección de Steven Spielberg, después de desembarcar en Normandía durante la Segunda Guerra Mundial, a unos pocos soldados se les ordena salvar al soldado James Ryan para evitar una tragedia familiar.
En una de las escenas, un soldado muy joven y temeroso encañona a un soldado alemán, pero su miedo le impide disparar, prácticamente perdonándole la vida. Felizmente, el soldado alemán huye, salvándose de milagro.
Más adelante, en otra escena, el mismo soldado alemán sorprende a un norteamericano en un edificio en ruinas y lo acuchilla. En una lucha cuerpo a cuerpo, el alemán, más fuerte y experimentado, le clava un cuchillo en el pecho lentamente hasta matarlo, mientras el joven soldado norteamericano observa aterrorizado sin atreverse a intervenir.
Antes de anoche, los Celtics de Boston, con una ventaja de 3 juegos a 1 en las finales de la NBA, no se atrevieron a “disparar”. Perdonaron al equipo de Dallas, los Mavericks.
Ojalá que no les pase como al joven soldado por estar perdonando. En el deporte, no se perdona; se debe atacar con todo, sin piedad, y después se habla.