El legendario Facundo Cabral contaba que su abuela, casada con un coronel, le decía que sólo le tenía miedo a los pendejos. Cuando él preguntaba por qué, ella le respondía; porque son muchos. 

No hay forma de cubrir semejante frente. Y por temprano que te levantes ya está lleno de pendejos. 

A seguidas el señor Cabral menciona, según su oficio, diversos tipos de pendejos. Dentro de ellos habla del pendejo demagogo que cree que el pueblo es pendejo. 

Y así, sin ton ni son, una buena forma de hablar de pendejos sería retomar el tema de Maguín Díaz, burócrata de triste recordación en la DGII. Recuerdo sus “rectificaciones” a los grandes contribuyentes las cuales perseguían conseguir dinero para la campaña del 2016. ¡Un abuso! Un robo de marca mayor. 

Un personaje que ahora viene a hacerse el gracioso con que la energía limpia, la que fomenta la conservación del medio ambiente; el verde de que tanto se habla en foros internacionales, le está ocasionando pérdidas a unas empresas lúmpenes destinadas a sacarle el dinero del bolsillo a los ciudadanos.

Las Edes, según el “estudio” que promueve ese pescuezo largo, perdieron más de 90 millones de dólares durante el año 2023 por efectos del negocio de los paneles solares. 

Uno entiende el panorama internacional de la energía y hasta se queda callado cuando le meten esos altísimos recibos por boca y nariz, pero decía mi abuela que lo mucho hasta Dios lo ve. 

¡Cuidado con eso!