Mi granito de arena: Algunas ideas para proteger bañistas nacionales e internacionales en nuestros ríos y playas

Ultima Actualización: viernes, 10 de noviembre de 2023. Por: Rubén De Peña Márquez




Indiscutiblemente, la tragedia de la crecida del río Fula donde perecieron cinco vidas preciosas ha consternado al país. Cada año también vemos como ciertas playas del país conocidas por sus repentinas y voraces resacas acaban repentinamente con la vida de muchos bañistas.


Desdichadamente, como los hechos del pasado tienden a replicarse en el futuro, dentro de poco la gente se olvidará y continuará su vida normal. No así para los familiares de las víctimas, cuyas vidas quedarán marcadas para siempre. Desafortunadamente, tragedias similares continuarán, ya sea producto de actos impredecibles de la naturaleza o por negligencia humana.


Mi enfoque de este escrito se centra en esto último: la negligencia humana. A pesar de que, como por todos es sabido, la negligencia e imprudencia de los bañistas juegan un rol cimero tales como hacer caso omiso a las advertencias de las autoridades, no usar el debido equipo de protección porque “soy un pez en el agua”, equivalente a muchos testarudos conductores y pasajeros que dicen que nunca se ponen el cinturón de seguridad en sus vehículos, otra problemática es un descuido generalizado dentro de las autoridades públicas o privadas encargadas de todos los balnearios del país.


En un país como el nuestro, referente internacional de turismo receptivo e interno, me parece que se necesita tomar medidas drásticas de prevención de este tipo de tragedia. En todos los países que he ve visitado hasta el momento, muchos de los cuales compiten ferozmente para alcanzar y aun destronar al nuestro en cuanto a turismo se refiere, me doy cuenta de que en la mayoría de sus playas, ríos y lagos existen varias medidas extremadamente efectivas para evitar tragedias:


  • Letreros de advertencia en varios idiomas sobre posibles resacas o crecidas


  • Por lo menos un Salvavidas debidamente entrenado no solamente para rescatar a víctima potenciales, pero también para dar los primeros auxilios con los debidos equipos.

Es posible que las medidas preventivas arriba mencionadas ya existen en varios puntos del país. Pero en la última visita que hice al país este verano en todo el litoral Norte con mi familia, no vi ni un solo letrero ni Salvavidas, desde Puerto Plata hasta las Terrenas.


Por último, otra medida que he observado en esos países es una coordinación de estrategia informativa constante de la oficina de pronóstico del tiempo hacia a la población en colaboración con todos los medios radiales, televisivos y sociales cuando llueve por ejemplo en la cabecera de un río y de esta manera advertir a bañistas potenciales sobre crecidas repentinas, con por lo menos 24 horas de anticipación. Y no solamente previenen, sino que despliegan un equipo de la defensa civil o de la policía para prevenir los baños y sacar del agua forzosamente a cualquier osado y testarudo bañista cuando sea posible.


Estas son solo algunas ideas que en ninguna circunstancia pretendo que sean una panacea para prevenir este tipo de tragedia ya que hay tantas variables que tomar en cuenta; no obstante, me parece que pueden servir como primer paso si existe la voluntad política y/o socioeconómica para implementarlas.


El autor es un puertoplateño que reside desde hace muchos años en Nashville, Tennessee, donde trabaja de coordinador para familias extranjeras en el departamento de Comunicaciones de las Escuelas Públicas Metropolitanas de Nashville (MNPS). -