Es del conocimiento casi de todos los dominicanos, la situación que está atravesando nuestro país con respecto a nuestros vecinos haitianos. Es de muy mal gusto ver cómo dominicanos, sea por temas políticos o por defender ideologías de género, se muestran en contra de su propia nación.
En estos días hemos visto políticos criticar las acciones del Estado, cuyo único objeto es protegernos de potencias y grupos internacionales que culpan nuestro país de xenófobo y racista.
Buscan, hay que decir la verdad, sacar provecho de una situación tan delicada como lo es el tema haitiano.
Estamos en un momento crítico, en el cual todos a una sola voz debemos hacerle saber al mundo que República Dominicana ya no puede hacer más de lo que está haciendo por Haití, no porque no queramos sino porque no está en nuestras manos, debido, principalmente, a que nuestros recursos son escasos y es una carga muy pesada para nosotros solos.
Debemos aplaudir la posición firme tomada por presidente y la entereza con la que nos defiende y ser solidarios con sus planteamientos.
Lo menos que podemos hacer cada uno de nosotros como ciudadanos es apoyar estas acciones dejando a un lado las preferencias políticas e ideológicas.