El tema de la migración haitiana se pone de moda cada cierto tiempo, a pesar de ser una situación de años y más años.
Hoy en día hay más de tres millones de habitantes haitianos en nuestro país, haitianos que ocupan nuestras aulas, haitianos que ocupan nuestras salas de maternidad, haitianos que han logrado incluso ser mayoría en algunos pueblos del país y por qué no mencionar, haitianos que vienen a trabajar con una mano de obra muy barata, lo cual favorece algunos sectores económicos.
Así como los dominicanos tenemos el sueño americano y emigramos, ellos también andan en busca de mejoría, característica natural del ser humano.
¿Pero a qué costo?
Dejar de darles la visa no va a solucionar el problema, más bien una sanción drástica a quienes los dejan pasar y se lucran, y que de una vez por todas se construya el muro.
Si, es verdad, somos hermanos, pero también es verdad que la gran mayoría de ellos no nos tiene buena fe, no sabemos qué planean, no sabemos si estamos listos para defendernos de una invasión masiva.
No entendemos lo que hablan y no sabemos si estamos a salvo.