Confieso, no son de mi agrado, ni gozarán nunca de mi respaldo, ni siquiera de mencionarlos por sus nombres, aquellas personas que hacen burla y desdeñan de los viejos, creyendo, que esas burlas ciertas o no, le servirán de trampolín, plataforma o escaleras para alcanzar notoriedad.
Vengo de una generación, donde se respetaban a las personas mayores. Gracias damos a la Vida por permitirle una larga jornada a nuestros padres. Mamá, se fue a los 94 años de edad.
Se cosecha, lo que se siembra. Si plantas dudas, temor, burlas, desdén…no esperes cosechar respeto y admiración.
Algunas personas en el amplio campo de los partidos u organizaciones políticas, toman los viejos, como blanco para sus descargas de odio y burlas, al pretender olvidar –payasos al fin- el importante trabajo realizado por ellos.
Cierto, que el rastro de una embarcación se pierde casi al momento durante su paso en el mar. La hoja de servicio de los “viejos políticos”, ya quisieran muchos tenerla. Siempre que la misma, no esté salpicada de robos, engaños y maldad.
Hay naciones, que se sienten orgullosas de haber sido gobernadas por viejos. Nelson Mandela, finaliza su mandato en Sudáfrica con 91 años, en 1999.
Mahathir bin Mohabad finalizó su período de Primer Ministro de Malasia en el 1920. Tenía entonces 95 años de edad.
Ángela Merkel termina como Canciller de Alemania el año 2021, teniendo 68 años de edad.
Golda Meir(La Dama de Hierro) asume como Primer Ministro de Israel, con 71 años de edad.
El fundador-creador del Estado de Israel David Ben Gurión, finaliza su segundo período como Primer Ministro en 1963, a la edad de 77 años.
Joaquín Balaguer, gobernante dominicano. Al finalizar su último período en 1996, tenía 90 años de edad.
El actual presidente de los Estados Unidos de Norte América Joe Biden, abraza sus 80 años de edad.
He ahí, un pequeño recuento en el inmenso campo de la política partidista. El espacio se achica, para hablar del aporte de los viejos en el Arte, Música, Periodismo, Deporte, Mundo Militar, Educación, Tecnología y Religión entre otros.
Nunca es tarde para aprender. El egoísmo, la envidia, la mala voluntad e ignorancia, nos hace a veces, actuar y pronunciarnos solo para hacer sentir bien a nuestro proveedor, olvidando lo que dicen los viejos, que “la lengua habla y se esconde. Quien recibe la trompada es la boca”.