No todos tenemos las mismas oportunidades, muchas personas hoy día no tiene acceso a buena educación, a buena alimentación, y a oportunidades de trabajos dignos.
¿Entonces por qué juzgar a quienes no tienen la misma dicha?
Practiquemos la empatía.
No vivimos en una sociedad justa, y aunque es verdad que muchos han logrado superarse a pesar de venir de la escasez también es cierto que las probabilidades de lograrlo son mínimas.
¿Que si es tu culpa?
No lo es, sin embargo, podemos mirar a nuestro alrededor y hacer conciencia de que no todos tenemos las mismas oportunidades y analizar en que podemos aportar para que las cosas mejoren.
No nos alejemos de las luchas sociales, y sumémonos a las voces de quienes si necesitan que el sistema funcione diferente.
De vez en cuando asómate a mirar cómo se vive en pobreza y verás lo afortunado que eres.