Periodismo de lisonjas

Ultima Actualización: miércoles, 25 de noviembre de 2020. Por: Artículo Invitado

Por Aracelis Ureña

aracelisurena@hotmail.com

¿Alguien más que aborrece el periodismo de lisonjas? Ese que hace más mal que bien, porque adula tanto a figuras públicas, artistas, políticos y funcionarios que nos lleva a dudar de la capacidad, experiencia, preparación y cualidades de ellos.

Que hastía tanto que sofoca. Que da náuseas. Que adorna tanto que hace un ruido desastroso al oído, capaz de hacer a los ciudadanos querer usar tapones y antifaz. Ese que a vivas luces indica la incapacidad, oportunismo y limpiapolvismo del que escribe. Ese que crea un culto a la personalidad.

Ese que echa tierra a lo mismo que aupaba antes para estar con los de arriba. Ese que hace una crónica de “un bautizo de muñecas” y celebra hasta los chistes malos. Ese que hace un gran daño a la credibilidad y a la ética profesional. Ese que es capaz de vender hasta a Jesús.

He amado tanto esta profesión que me atrevo a recomendarles a esas personas que se alejen y mantengan a distancia su servicio de esa gente, para que su gestión brille por sí sola o bajo la pluma de un periodista capaz, responsable, que no vende sus escritos, ni compromete su palabra de manera innecesaria.

Que no copia, ni reproduce los pensamientos de otros. Ese enanismo mental hay que pararlo; porque en la era digital, ya la “pava no pone donde ponía”. Sabemos quién es quién y hasta su precio.

*La autora es periodista, maestra de Ceremonias y presentadora de TV.-