La madre de todos los errores en la Alcaldía de Puerto Plata

Ultima Actualización: jueves, 02 de mayo de 2019. Por: Juan Payero Brisso

Tanto los alcaldes y sus funcionarios tienen una limitada capacidad técnica, que no permite obtener resultados tangibles, en el desempeño de sus funciones.

La alcaldía de Puerto Plata se ha caracterizado, por realizar sus funciones, basada en la improvisación, la falta de planificación y de articulación con un plan de desarrollo estratégico de ciudad.

Esto ha conllevado a una pobre gobernanza y gobernabilidad de la municipalidad. La madre de todos los errores de que el cabildo no funcione en términos de lo que demanda la Ley 176-07, sobre los municipios y el Distrito Nacional, son los siguientes:

Los partidos son responsables de llevar representantes a los cabildos, de baja escolaridad, formación profesional y técnica, que, a la hora de convertirse en funcionarios, presentan un bajo desempeño de su función municipal.

Tanto los alcaldes y sus funcionarios tienen una limitada capacidad técnica, que no permite obtener resultados tangibles, en el desempeño de sus funciones.

Muchos de los funcionarios municipales tienen un bajo dominio de las leyes y regulaciones municipales.

El Cabildo ha perdido su competencia, como rector de la ciudad, ya que esta ha sido suplida por la intervención de diversos ministerios, como son: los casos del Ministerio de Turismo y de Obras Públicas.

Se observa poca preocupación y empeño de los alcaldes y alcaldesas, ediles, directores, y demás funcionarios en superar las limitaciones, que exhiben.

En el ejercicio del poder local, existe una cultura autoritaria, que impide dialogar y construir propuestas consensuadas a favor del desarrollo local.

Hay una prevalencia e incondicionalidad hacia el partidarismo político clientelar, de las autoridades y el liderazgo local.

La sala capitular compuesta por los ediles, no ejerce su función de dirección, normalización y de fiscalización, donde sus actividades están sujetas a la decisión del alcalde, cuando debiera ser lo contrario.

El cabildo local tiene una alta dependencia del poder central, y quiere que todos los problemas municipales, sean resueltos por el gobierno.

El cabildo posee 28 competencias para realizar sus funciones y de esa cantidad, hay 8 que son vinculantes al gobierno central y la hace dependiente y prioritarias de las numerosas actividades, que tiene, que realizar a favor de la comunidad.

El cabildo carece de voluntad política, para integrar a la ciudadanía en la toma de decisiones, cuando hay una ley que avala la participación de la ciudadanía, para una mejor competencia en las funciones del cabildo.

El cabildo local, no hace ejercicio de transparencia y rendición de cuentas a la ciudadanía, en los recursos que maneja de la ciudad.

El cabildo local, ofrece reducidas iniciativas a favor del desarrollo local y acciones comunitarias.

El cabildo local hace poco esfuerzo por conectarse, con la principal actividad de la ciudad, como lo es el turismo.

La impunidad y la corrupción son una práctica y ejercicio de la gestión municipal y les imprime un carácter patrimonial a los bienes públicos.

Hay que cambiar esa situación y ponerla al servicio de la gente y para la gente y el camino más expedito es desplazando al PLD y a Walter Musa del cabildo, por un gobierno municipal, que se apoye en la ciudadanía, que sea transparente, le rinda cuentas a los ciudadanos y promueva el desarrollo local.

Hay que promover y lograr un gobierno municipal eficiente, competente y eficaz, que destierre la madre de todos los errores de la actual gestión municipal.