Escalofrío y muerte

Ultima Actualización: viernes, 12 de febrero de 2016. Por: Ramiro Francisco

Son muchas las voces que han hecho eco de esa desgracia.

Este jueves fue asesinado para robarle, un turista alemánque con mucha ilusión planificó sus vacaciones para disfrutar en este otrorapueblito encantado. Tal vez dentro de horas, nos toque a nosotros o a usted quenos lee. Aunque un alto funcionario del gobierno sostiene que es percepción dela gente, los altos niveles de delincuencia que se registra en Repúblicadominicana.

No me vengan a decir, que es de otros polos que mandan aesos malandrines para hacerle daño a Puerto Plata. No creeré que es algofortuito y al azar por ser esta ciudad, “una de las más seguras del país”.

La alegría de sus compañeros visitantes se tornó en dolor ydesesperación. Son muchas las voces que han hecho eco de esa desgracia.

Voces (muchas de ellas) que han permanecido en silencio anteotras muertes y hechos de sangre ocurridos en esta ciudad. Pero ahoraasesinaron a un turista, alemán.

Un ser humano extranjero. Ser humano al fin como lo es elque habita en Los Limones, como en El Javillar. En Mono Mojao como en LosCoquitos.

Pero el asesinado era un turista y esos viajeros debenllevarse las más gratas experiencias para que regresen e inviten a otros.

¿Cómo evitar que esa “noticia desagradable” no trascendiera?Si fuera por algunos “defensores del turismo” publicar esa información le hacemucho daño a Puerto Plata.

¡Tantos foros, conferencias, charlas, encuentros, reunionesde mesas redondas y cuadradas y rectangulares para tratar sobre seguridad   que se han realizado en esta ciudad!

¡Algo anda mal! ¡Algo no cuadra! ¡Faltan o sobran algunaspiezas! Como ciudad turística y crucerista tenemos demasiados organismos deseguridad. ¿Cuentan los mismos con el personal suficiente? ¿Debidamente entrenados?¿Debidamente equipados? ¿Con planes de trabajo y acción definidos?

Atracos, asaltos, robos por doquier y para muchos es mejorminimizar y ni hablar o escribir sobre eso. Quien lo hace, es enemigo de PuertoPlata y su desarrollo.

Tal vez en la cresta de la ola por el trágico hecho ocurridoy la repercusión de la noticia puedan ver entonces los Ministros, legisladores,funcionarios, seguidores, simpatizantes y el mismo jefe de gobierno, un ataúdconteniendo sus propios cuerpos o de algún familiar y ese escalofrío les hagareflexionar sobre el gravísimo deterioro de la seguridad ciudadana en estatierra digna de mejor suerte.