Evangélicos y la corrupción

Ultima Actualización: sábado, 02 de enero de 2016. Por: Ramiro Francisco

Si les tocara votar mañana, ¿Lo harían por quienes propician, mantienen y fomentan la corrupción?

Una vez más como cada inicio de año, el conocido predicadorevangélico Ezequiel Molina, alzó su voz cuál Antón de Montesinos, pararecordarnos lo que una buena parte de la sociedad dominicana conoce: Lacorrupción como cadena que coarta nuestras libertades.

En la multitud que acompaña esta ya tradicionalmanifestación religiosa de la Batalla de la Fe, estaban presentes variosprecandidatos a la presidencia y otros dirigentes políticos, quienes escucharonuna vez más y en el primer día del año la generalizada queja sobre lacorrupción.

Tal vez miles de pastores se encontraban presentes. Cientosde predicadores y misioneros. Maestros-as de escuelas bíblicas con conocimientosobre el daño que hace la corrupción en la sociedad.

Si les tocara votar mañana, ¿Lo harían por quienespropician, mantienen y fomentan la corrupción?

Si la corrupción es cadena que oprime, ¿Qué hacen desde susrespectivas congregaciones a los fines de romper esas ataduras?

¿Enfrentarla y asumir esas consecuencias? ¿Permanecerindiferentes?

¿Cómo que hay corrupción cuando otros ven crecimiento,desarrollo y bonanzas por doquier?

¿Es acaso, que esa indiferencia nos hace ver lo malo bueno,la oscuridad como luz, la injusticia como justicia, lo amargo como dulce, comoproclamara el profeta Isaías?

¡Cuántos aplausos y alabanzas en esa actividad de comienzode año de la Batalla de la Fe!

Aplausos y muchos amén por quienes olvidan todos los otrosdías del año, la responsabilidad que tienen con la sociedad y con la grey delas que son servidores.

Se rompe la cadena de la corrupción mediante la educación yel accionar.

Que se eduque en las diferentes congregaciones evangélicas ycatólicas dominicanas sin importar denominación, sobre el terrible daño de lacorrupción.

Que se organicen debates, talleres, conferencias, cursos,¡Lo que sea! Luego esos participantes, sean facilitadores de esos conocimientosadquiridos. Debemos ir, más allá de una carta pastoral.

No basta ser pastor o capellán, si se tiene que esperar cada1 de enero para decir amén, a verdades que usted conoce y que no combate.