Un abrazo igualitario en el día internacional del migrante

Ultima Actualización: martes, 18 de diciembre de 2012. Por: Anny Mariel Gómez

Uno de los principales conflictos que desencadena el tema de la migración universalmente es la legalidad o documentación de quienes residen en países extranjeros.

En el mundo alrededor de 150 millones de personas viven y trabajan fuera de su país natal y esta cifra va incrementando cada vez más, por lo que el tema de la migración es de trascendental importancia en estos tiempos.
 
Migrar es un proceso complejo que implica muchas penas y sacrificios, tanto para el que parte como para la familia que deja. Diferencias de culturas, costumbres, idiomas, niveles sociales y, como si fuera poco, la discriminación racial, la explotación laboral, etc. Constituyen la realidad que deben afrontar y sobreponer los migrantes.
 
Desde el año 1914, el Papa Benedicto XV a través de la Iglesia instituyó un día para recordar a los migrantes y sus familias, buscando crear conciencia internacionalmente sobre la magnitud de ese fenómeno. El 4 de diciembre del 1990, la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) adoptó la Convención Internacional sobre la protección de los derechos de todos los trabajadores migratorios y de sus familias bajo resolución (45/158). Diez años más tarde, en el 2000, la preocupación internacional por asegurar la protección y el respeto de sus derechos y libertades fundamentales les lleva a proclamar el día 18 de diciembre como el “Día internacional del Migrante”.
 
Uno de los principales conflictos que desencadena el tema de la migración universalmente es la legalidad o documentación de quienes residen en países extranjeros, condición que ha generado grandes controversias sobre si el ser indocumentado debe influir o no a que los inmigrantes, en este caso, puedan recibir los mismos tratos que plantean los Derechos Humanos, o que por el contrario, sean considerados como infractores por la ley y, en efecto, sancionados con penas, incluso, de tipo criminal.
 
En República Dominicana
 
La República Dominicana no es ajena al asunto. Se ha visto desde hace más de un siglo frente a la problemática de la inmigración ilegal haitiana, aunque de algún u otro modo los haitianos han contribuido favorablemente a la producción agrícola y a la industria de la construcción nacional. Pero, por otro lado, también millones de dominicanos han optado por el éxodo hacia otros países, tales como Estados Unidos, España, Italia, Suiza y Puerto Rico, en mayor porcentaje, donde han formado comunidades que han sido valoradas y reconocidas por sus aportes positivos.


Puerto Plata
 
En el caso particular de  nuestra provincia de Puerto Plata, por su condición de polo turístico e industrial , ha servido como alojamiento a miles de extranjeros: canadienses, judíos, alemanes, ingleses, franceses, austriacos, norteamericanos como de otras nacionalidades, que una vez que visitaron la Novia del Atlántico, disfrutaron y se encantaron con ella, decidieron finalmente escogerla como su lugar de residencia. Costambar, Cofresì, Cabarete y Sosùa son las comunidades con mayor asentamiento de inmigrantes en la Costa de Àmbar.
 
Con el objetivo de determinar la cantidad de inmigrante residentes no sólo en Puerto Plata, sino en todo el territorio nacional dominicano y así establecer cifras concretas sobre la realidad migratoria del país, en el ultimo Censo de Población y Vivienda, aunque no fue registrado el status migratorio de los empadronados, se estableció la nacionalidad, el origen de la familia y el tiempo de residencia de cada uno de sus miembros en República Dominicana.
 
Al parecer, el migrar nunca acabará; legalmente o no, debemos luchar porque los migrantes reciban un trato humanamente igualitario al de los ciudadanos del país donde se encuentran como reza la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
 
Celebrar el Día Internacional del Migrante es una oportunidad para educar sobre esta situación que enfrentan muchos países del mundo. Pero además, es una fecha para apreciar la enorme contribución en el avance económico, social y cultural que han hecho millones de migrantes en los países que han escogido como su segunda patria.