DE VÍCTIMA A AGRESORA; LA VERDADERA CARA DE LA MONEDA

Ultima Actualización: martes, 15 de noviembre de 2011. Por: Espacio Pagado

Ese fatídico día 11 de octubre del 2011 la señora Karina Méndez Severino se encontraba en el interior de su apartamento en la Urbanización Bayardo cuando escuchó el ruido estruendoso de alguien que le tocaba la puerta con una insistencia espantosa, muy dentro de si pensó que alguien le tumbaría la puerta si no atendía de inmediato.

Abrió la puerta y se encontró de frente con el señor Francisco Canario Sepúlveda, su ex vecino, quien botella en mano, comenzó a vociferarle palabras impublicables, sin imaginar Karina que ese señor  se encontraba a punto de derramarle un líquido encima de está y de su hija única, menor de 15 años.

 

Ella se mantuvo pensando que tal vez el contenido de la botella era pipí, pues hacía apenas dos semanas ese mismo señor le había vaciado dos cubetas de ese líquido a unos trabajadores de ella, mientras éstos realizaban un trabajo en el edificio; por esta acción la señora Karina había presentado formal denuncia ante la Fiscalía de Puerto Plata. Por ese mismo hecho, el señor Francisco Canario Sepúlveda había sido citado y se le emitió una orden de conducencia. Lamentablemente nunca se le dio curso a dicha orden ni a muchas otras denuncias que ésta había hecho en contra del señor Canario.

 

La realidad del país es que, en lo que va de año, más de un centenar de  mujeres han muerto a manos de hombres cuyos perfiles psicológicos se asemejan al del señor en cuestión. Gracias  a Dios que hoy día Karina no se encuentra en la funesta lista de mujeres asesinadas.

 

Por el exabrupto de un abusador, salió muy herida quien en realidad no debió; la hija de la hoy acusada, además de ella misma, las cuales fueron intencionalmente rociadas, un hecho de consecuencias inconmensurables y que al parecer a nadie le ha importado. La fábula impulsada por los familiares de Francisco Canario, en el sentido de que la niña le solicitó vehementemente a su madre para que supuestamente no derramara el líquido, no es más que eso, una fabula, un invento, un rumor de ribetes quijotescos.

 

¿Cómo pudo ser posible que de agresor pasara a agredido? Mientras la señora Karina Severino en su desesperación buscaba atenciones médicas para su hija, los familiares del agresor inventaban, con lujo de detalles la coartada que la llevaría a la cárcel de manera injusta. 

 

Fue Francisco Canario quien llevó el líquido, fue Francisco Canario quien arremetió contra Karina, fue Francisco Canario quien la roció de manera desconsiderada y salió huyendo escaleras abajo y al trastabillar por las escaleras cayó de bruces mientras la botella le caía encima derramando el liquido. Esa es la realidad de un acontecimiento que se ha querido tergiversar en contra de Karina, una ciudadana ejemplar.  

 

Este agresor, Francisco Canario Sepúlveda, al que los familiares victimizaron y presentaron como santo, tenia a la señora Karina en zozobra constante; prueba de esto lo constituyen las constantes citas y denuncias que ella presentó en contra de él, y de las cuales nunca hubo un accionar serio  por parte de quienes le debieron dispensar protección en su momento.

 

No es verdad que la señora Karina Méndez Severino se escabulló de la justicia. No es cierto que se encontraba prófuga; ella hizo lo que toda madre responsable haría, lo que toda persona con sentido común haría y es, atender a la salud de su hija, prodigarle todo el cuidado a una niña que no tuvo la culpa del exabrupto cometido por un ser que se cree dueño y señor de la vida del otro, un acosador que pretende aparecer como un santo a la luz de estos acontecimientos.

 

A la Lic. Karina Méndez Severino la han satanizado; se han publicado en algunos medios de comunicación  horripilantes epítetos de su persona y se ha tergiversado la realidad de lo que allí sucedió.

 

Mientras el señor Francisco Canario Sepúlveda envía fotos de su paradero desconocido como queriendo simular gravedad, en el expediente consta un certificado médico que establece que sus heridas son curables en 30 días.

 

¿Quien protege a Karina Méndez Severino y su hija menor de 15 años ante la cobardía, la mentira, la injusticia, la discriminación y el encubrimiento? ¿Quién la protege de un sistema que se ha negado a ponderar la realidad de unos hechos que están ahí, que son evidentes, que representan claramente la materialización de un abuso por parte de un desquiciado mental?  

 

Lamentablemente vivimos en una sociedad manejada por el poder mediático, en donde el que se va delante al parecer gana, en donde la información se compra y se vende al mejor postor, en donde el morbo domina las mentes, en donde el poder lo puede todo.

 

La única culpa de Karina Méndez Severino es la de ser una mujer íntegra, de conducta moralmente intachable, buena vecina, amiga, consejera, buena hija, buena hermana y ciudadana ejemplar.  Si es culpable, lo es por haber priorizado, como toda buena madre haría, las necesidades de salud de su hija, haber acudido a la justicia muchas veces y culpable de no tener  un padrino que la proteja frente a un sistema que la ha ignorado.

 

Todos en Puerto Plata saben quien es Karina Méndez Severino, pero nadie sabe lo que ella sufre por un hecho que no cometió y que rogamos para que se aclare.

 

Allí, encerrada en las penurias de una cárcel, rodeada de barrotes, lejos de su entorno y en compañía de todo lo que sabemos existe en una cárcel, hace un solo llamado: que se haga justicia.

 

(Colaboración de: Maritza Méndez Severino)