Derroche

Ultima Actualización: martes, 06 de agosto de 2019. Por: Luis Henriquez Canela

¡Cuánto talento despilfarrado por el sumidero, derrochado. ¡Cuántas heridas abiertas!

El reloj de cuerda suspendido, el teléfono desconectado… y a la noche se le fue la mano. ¡Qué canción!

 

La he desenterrado, la he despolvado y sacado de su letargo. Quiero ese título para lo que voy a escribir más adelante, pero advierto que lamentablemente no es precisamente de amor y felicidad. Será de realidad, de la cruda realidad que nos envuelve, “nos mata y nos envenena”.

 

Si todos esos talentos que hoy se pelean, que hoy se dicen de todo en los medios de comunicación, si todos esos dominicanos preparados, poseedores de títulos de universidades dominicanas y extranjeras, en vez de derrochar sus talentos en descalificar a los otros, lo encaminaran a desarrollar este país, a orientarlo por la vía de la decencia y el progreso, nuestros nietos y biznietos tendrían un futuro más promisorio.

 

Porque, ¿qué orgullo puede haber en los resultados de esta lucha insustancial y absurda? Son casi 24 horas de cada día perdiendo el tiempo en dimes y diretes y las instituciones cayéndose a pedazos.

 

¡Cuánto talento despilfarrado por el sumidero, derrochado. ¡Cuántas heridas abiertas!  Y sepa usted, que las hay, que no cicatrizan. La mancha indeleble de un exabrupto puede durar una eternidad.

 

Cuánta gente capaz, peleándose por un pedazo de poder que a la postre no es más que una absurda fantasía, un querer ser, un querer administrar, un querer perpetuarse.

 

¿Quién está pensando en el país que se le va a dejar a los nietos y biznietos?

 

¡Nadie!