La “extraña ausencia” del presidente provincial de la Fuerza del Pueblo en plena campaña municipal

Ultima Actualización: viernes, 06 de junio de 2025. Por: La Redacción

Puerto Plata.- Durante la campaña municipal de 2024, los candidatos a alcaldías de la Fuerza del Pueblo en la provincia de Puerto Plata quedaron en vilo, a la espera del respaldo y acompañamiento político del presidente provincial de su partido. Lo que ocurrió bordea lo insólito: su presencia en los municipios y distritos municipales fue completamente nula.

 

En los últimos sesenta días previos a las elecciones, el presidente provincial, quien tenía el deber político de articular el trabajo electoral, desapareció del escenario público. De los 21 candidatos a las alcaldías de la provincia, 20 afirman que el presidente provincial no visitó sus municipios ni participó en actos de campaña, caravanas, mítines o recorridos mano a mano. Aseguran que sus llamadas no eran respondidas y que no obtuvieron orientación ni acompañamiento institucional durante todo el proceso.

 

Candidatos como los de Montellano, Maimón y Luperón, por citar solo algunos casos, se mantuvieron desarticulados, tratando de sostener por su cuenta una campaña sin la orientación institucional prometida. Cuando más necesitaban coordinación, fueron ignorados por un presidente ausente e indiferente. Lo desconcertante es que no se trató de una situación coyuntural o imprevista, sino de un comportamiento recurrente en la etapa final del proceso electoral.

 

Hubo incluso episodios que rozaron el sabotaje político. En el distrito municipal Río Grande, por ejemplo, una actividad previamente confirmada fue cancelada por el presidente provincial apenas unas horas antes de su inicio. La intención, según fuentes, parecía ser generar incertidumbre. En Altamira y Yásica, los candidatos fueron cambiados días antes del proceso. En Imbert, desde el inicio de la campaña, lo único estable fue la inestabilidad. En ninguna de estas demarcaciones se le vio realizando recorridos ni contacto con la militancia.

 

Los candidatos hicieron lo que pudieron. Continuaron sus campañas a pulmón, en soledad, abandonados por quien tenía la responsabilidad de respaldarlos. Solo en el municipio cabecera se le vio participar en dos actividades. Pero incluso allí, lo que se presenció no fue una campaña con sentido estratégico, sino improvisación. Nunca hubo un plan acorde con las circunstancias. El resultado no sorprendió: la Fuerza del Pueblo terminó en un lejano y vergonzoso tercer lugar.

 

Hoy, a la luz de las denuncias realizadas por El Informe con Alicia Ortega sobre presuntos actos de corrupción en licitaciones del Instituto Nacional de Bienestar Estudiantil (INABIE), comienza a entenderse que esta “ausencia” no fue ingenua. Que este abandono no fue fruto del cansancio ni de la desorganización, sino parte de un guion, o peor aún, de un plan deliberado.

 

La torpeza con la que se gestionó la campaña de la Fuerza del Pueblo en Puerto Plata parece indicar que fue parte de un esquema destinado a debilitar la presencia del partido en el territorio y beneficiar a un tercero, en este caso al partido oficialista.

 

¿A cambio de qué? ¿Cuál fue la motivación para actuar con tanta indiferencia en un momento tan crítico? ¿Qué se negoció y con quién? ¿Es casual que los candidatos de la Fuerza del Pueblo fueran abandonados justo cuando más necesitaban respaldo? ¿Es coincidencia que esto ocurriera mientras figuras cercanas al presidente provincial aparecen vinculadas a contratos y empresas bajo investigación?

 

Las piezas comienzan a encajar. Lo que ayer parecía simple desorganización, hoy se revela como una forma de gestión que, intencionada o no, terminó favoreciendo intereses ajenos a la Fuerza del Pueblo. En política, las decisiones que se toman y también las que se dejan de tomar tienen consecuencias. Y cuando esas consecuencias debilitan al propio proyecto colectivo, a un tercero favorecen. En este caso, fue al partido de gobierno.