Adiós 2024

Ultima Actualización: miércoles, 01 de enero de 2025. Por: La Redacción

Reflexiones sobre un año que marcó historia

Dentro de la vorágine política, económica y social que ha vivido el país, varios acontecimientos han definido el curso de este 2024. Algunos de ellos han dejado una huella profunda, abriendo espacios para el cambio, mientras otros han subrayado viejas problemáticas que seguimos arrastrando como sociedad.


Uno de los hitos más relevantes fue el empoderamiento ciudadano durante las vistas públicas del proyecto de modernización fiscal, presentado por el Poder Ejecutivo al Congreso. Con una participación vibrante y apasionada, los intervinientes, en su mayoría representantes de la sociedad civil, dejaron al descubierto las posturas frías y desinteresadas de algunos legisladores. Lo que sucedió en esas jornadas fue más que un simple debate: fue un grito colectivo que marcó un antes y un después en la relación entre la ciudadanía y sus representantes. Se escucharon verdades que, por miedo o falta de un espacio adecuado, nunca antes habían salido a la luz. Este proceso representó un empoderamiento auténtico, con un pueblo decidido a confrontar a una clase política que ha demostrado ser obtusa, egocéntrica y desconectada de la realidad.


Otro evento trascendental del año fue la histórica sentencia TC-0788-24 del Tribunal Constitucional, que declaró inconstitucionales los artículos 156 y 157 de la Ley 20-23, Orgánica del Régimen Electoral. Esta decisión asestó un golpe directo al sistema monopólico de los partidos políticos, permitiendo que los líderes comunitarios puedan participar en procesos electorales sin estar afiliados a las grandes corporaciones partidarias. Aunque esta sentencia ha sido duramente criticada por sectores del poder político, también ha abierto un debate necesario sobre la participación democrática y las estructuras que la obstaculizan. La oposición de las élites políticas refleja su temor a perder control, mientras la sociedad comienza a cuestionar un sistema que, de arriba abajo, parece estar impregnado de una corrupción moral que socava los principios democráticos.


En el ámbito económico, el gobierno continuó solicitando préstamos internacionales, incrementando el endeudamiento externo a niveles sin precedentes. Aunque la tasa de cambio se mantuvo estable durante buena parte del año, los últimos meses de 2024 han mostrado una ligera tendencia al alza, generando incertidumbre en los mercados y en la población en general.


En el terreno social, la ineficacia de la Comisión Nacional de Espectáculos Públicos para controlar los contenidos que circulan en las redes sociales ha sido alarmante. La proliferación de programas cargados de vulgaridad, violencia verbal y falta de respeto no solo refleja una ausencia de regulación, sino también un descuido hacia la juventud que consume estos contenidos. Este abandono augura un futuro sombrío para una generación expuesta a una narrativa carente de valores, donde lo soez y lo retrógrado dominan el discurso.


2024, con sus luces y sombras, nos deja aprendizajes y desafíos. En medio de la complejidad, se han gestado movimientos que prometen cambios. Pero también nos recuerda que, como sociedad, debemos exigir más, tanto de nuestras instituciones como de nosotros mismos.


Que 2025 sea un año de construcción, de más participación ciudadana y de un compromiso renovado con el progreso colectivo.