El profesor brasileño João Alberto Guimarães, en un intercambio en Suecia, entró en una estación del metro de Estocolmo.

Ultima Actualización: jueves, 08 de diciembre de 2016. Por: La Redacción

Allí notó que había, entre los tornos electrónicos de acceso al andén, uno que daba paso libre gratuito.

El profesor brasileño João Alberto Guimarães, en un intercambio en Suecia, entró en una estación del metro de Estocolmo. Allí notó que había, entre los tornos electrónicos de acceso al andén, uno que daba paso libre gratuito. Entonces le preguntó a la vendedora de tiquetes el por qué de aquel torno, permanentemente libre para pasar y sin ningún agente de seguridad en las cercanías. La dama, entonces, le explicó que ese paso estaba destinado a las personas que; por cualquier motivo, no tuviesen dinero para pagar su pasaje.

Incrédulo, acostumbrado a la manera brasilera de pensar, no pudo evitar hacerle la pregunta que, para  él era obvia:

- ¿Y si la persona tuviese dinero, pero simplemente no quisiese pagar?

La vendedora entrecerró sus límpidos ojos azules y con una sonrisa de pureza sobrecogedora, le respondió:

- Pero, ¿por qué ella haría eso?

Sin poder acertar una respuesta, el profesor pagó su pasaje y pasó por el torno normal, junto con la multitud que también había pagado por sus tiquetes.

El paso libre continuó vacío.

La honestidad es uno de los valores más liberadores que un pueblo puede tener. 

Una sociedad que ha logrado transformar ese valor en algo natural, está en un estadio de desarrollo, sin duda, superior. Eso es educación... También y antes que nada!

Cultive este valor y transmítaselo a sus hijos, a sus nietos, a sus alumnos aun cuando no sea probable esperar lo mismo de la sociedad.


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