Cápsulas del Seguro: Piezas para vehículos accidentados.

Ultima Actualización: sábado, 07 de diciembre de 2019. Por: Luis Henriquez Canela

Pro consumidor es la entidad a la que se le debe denunciar ese atropello cometido en contra de los usuarios. Hace años que eso sucede y nadie habla.

A medida que pasa el tiempo hay que hacer mucho más esfuerzo para mantenerse dando un buen servicio en el mercado de seguros de automóviles, especialmente los intermediarios.

Me quiero referir al negocio de las piezas para vehículos accidentados, situación que se ha convertido en un dolor de cabeza por el retraso para solucionar el daño sufrido.

Por un lado, están los concesionarios que importan los automóviles y no importan las piezas. Para muchos, comprar un vehículo del año siguiente, por ejemplo, ahora que estamos en el 2019, que el vehículo sea 2020, es un verdadero lujo. Pero los lujos tienen a salir caros. Supóngase usted que tuvo un accidente en su flamante vehículo del 2020, ¿sabe que va a pasar? Que las piezas no están en el país y que para traerlas es sumamente traumático a menos que sea usted mismo que se encargue de ello. Si es la aseguradora, sepa usted que va a durar más de un mes sin su vehículo. Lamentablemente es una realidad que genera por sí misma un estrés y un intenso malestar en el cliente que ha comprado la póliza y una verdadera pérdida de tiempo y desgaste para el intermediario.

Pro Consumidor es la entidad a la que se le debe denunciar ese atropello cometido en contra de los usuarios. Hace años que eso sucede y nadie habla.

Por otro lado, en cuanto a los vehículos con varios años de antigüedad y que están asegurados, las piezas son licitadas en el mercado, lo que ocasiona un verdadero dolor de cabeza. ¿Qué consecuencias ha traído esa situación? Una dilación sin precedentes en el proceso de reparación de los vehículos con el consecuente resultado adverso en el servicio al cliente.

Funciona de la siguiente forma: Un conductor sufre un accidente en su vehículo asegurado, la grúa lo lleva al taller, la aseguradora envía un perito para evaluar los daños, o en el mismo taller lo evalúan. Se hace un presupuesto de piezas y mano de obra. Esas piezas hay que licitarlas en el mercado mientras el vehículo esta arrumbado en el patio del taller, muchas veces hasta a la intemperie, a la espera de que lleguen.  Las licitan en tres entidades de venta de repuestos diferentes para tomar la que mejor precio ofrezca y en eso pasa días y hasta semanas. Si las piezas se escogen de varios repuestos, entonces los envíos al taller serán de diferentes lugares, lo que también ocasiona equivocaciones máxime si se trata de un taller donde no hay mucha organización.

El proceso se vuelve aún más traumático si, por ejemplo, el guardalodos que llegó no es el correcto; llegó el del lado derecho, siendo el izquierdo el que se necesitaba. Entonces a investigar donde estuvo el error, de quién fue y proceder a solicitar la pieza correcta. A seguir esperando días para que llegue la correcta. Todo eso genera un estrés en la prestación del servicio que se evitaría si cada actor ocupara su puesto.

En otra entrega explicaremos por qué han las aseguradoras están participando en el negocio de las piezas; generando una merma sustancial en el tiempo de entrega de los vehículos por parte de los talleres.