Sosúa: entre la prostitución, la quiebra y el decoro.

Ultima Actualización: domingo, 10 de noviembre de 2019. Por: Luis Henriquez Canela

Poco a poco, la apacible comunidad de Sosúa, conocida mundialmente por sus majestuosas playas, su gente afable, su industria láctea y embutidos, su comercio y ganadería, se convirtió en una especie de colchón público

El cierre de varios bares y discotecas, de los que operaban en El Batey, específicamente en la calle Pedro Clisante, asesta un duro golpe a la economía de la comunidad de Sosúa.

Independientemente de las consideraciones morales a las que podamos arribar, la medida ha dejado sin trabajo a más de un centenar de empleados directos y no se sabe a cuantos indirectos.

Desde el punto de vista de la legalidad del cierre, bastó con recurrir a una resolución del año 2018, la número 9 de la Sala Capitular del Cabildo, en la que se modificó el uso de suelo tomando como base el plan de ordenamiento territorial turístico de esa localidad.

Poco a poco, la apacible comunidad de Sosúa, conocida mundialmente por sus majestuosas playas, su gente afable, su industria láctea y embutidos, su comercio y ganadería, se convirtió en una especie de colchón público, que, como una mancha, la ha estado persiguiendo durante las últimas dos o tres décadas. ¿Cómo llegó a convertirse Sosúa en un territorio de trata? ¿Quiénes apadrinaron o le dieron la espalda a esa realidad? Las mismas autoridades. Porque mientras los vecinos del lugar clamaban por el adecentamiento, las autoridades nunca hicieron nada.

Me tocó compartir con mucha gente decente de esa comunidad y en cuya expresión se veía el descontento y la frustración. No es agradable caminar por ese lugar con una hija o la esposa y que todos se queden mirándola y algunos hasta se atrevan a ofrecerle dinero por favores sexuales; sentarse en un lugar y que el espacio sea invadido por más personas, o que tu hija vaya para la escuela y en el camino la asedien, haciéndole ofrecimientos indeseables.

En el momento actual, Sosúa se encuentra en una encrucijada: o continuar permitiendo el negocio que la ha, cuasi mantenido durante los últimos 30 años, o cerrarlo de golpe y porrazo. Es un enfrentamiento entre la moral y los intereses. ¡Duro desafío! Algunos entienden que el cierre no debió realizarse en este momento, debido a la sequía económica imperante. Han dicho que durante los últimos 4 meses la economía está prácticamente paralizada y que en el preciso momento en que las cosas comienzan a mejorase, entonces le cierran los negocios.  

Los comerciantes han interpelado a la Alcaldesa, la cual ha afirmado, según las fuentes, que ignoraba sobre el cierre tan repentino. Ella, según han dicho, desconocía que la acción se llevaría a cabo en este preciso momento. Sea que fuera de su conocimiento o no, debe buscar y encontrar un equilibrio entre la salud económica y la salud moral de su comunidad. Debe resolver el problema sin perjudicar de forma tan drástica la economía. La sensatez debe primar.

Hoteles, restaurantes, bancos, el sector inmobiliario, los salones de belleza, tiendas, supermercados, panaderías, taxistas, profesionales liberales, los que rentan vehículos, los vendedores ambulantes, motoconchos, chiriperos, todos se benefician de la profesión más vieja del universo y por tal razón, se le debe buscar una solución, la cual podría ser, el establecimiento de una zona de tolerancia, tal y como lo hacen en otros lugares. Y poco a poco ir desincentivando ese tipo de actividad, porque es evidente que el cierre de un día para otro, va a traer muchos problemas.

Es imposible tapar el sol con un dedo y tratar de acabar con una práctica de casi tres décadas en un solo día luce extremadamente fuera de toda lógica.