Nubes de polvo del Sahara cubren toda RD y el área del Caribe quitándole al cielo su tonalidad habitual

Ultima Actualización: martes, 25 de junio de 2019. Por: Antonio Heredia

Según el experto en Meteorología; Eugenio Mojena López, de forma general las nubes de polvo del Sahara pueden alcanzar alturas de tres a siete kilómetros.

PUERTO PLATA.- En los últimos días el cielo sobre Puerto Plata y otras localidades del país se observa con un aspecto lechoso y no el típico azul intenso como es costumbre, debido a la presencia de nubes de Polvo del Sahara sobre toda el área del Caribe.

Este fenómeno natural suele ocurrir en esta época del año, cuando las partículas generadas por las tormentas de arena y polvo del desierto del Sahara y el Sahel, las cuales una vez emergidas del continente africano, avanzan en dirección oeste bajo el flujo de los vientos alisios, propagándose por el océano Atlántico hasta alcanzar el mar Caribe.

Según el experto en Meteorología; Eugenio Mojena López, de forma general las nubes de polvo del Sahara pueden alcanzar alturas de tres a siete kilómetros y comienzan a llegar a nuestro país entre marzo y abril, pero el arribo de las mayores oleadas tiene lugar en junio, julio y la primera quincena de agosto.

El reconocido investigador cubano, dijo que como promedio las nubes de polvo arriban a la zona del Caribe aproximadamente seis días después de acaecida la tormenta y se estima que alrededor de 90 millones de toneladas de polvo proveniente del desierto del Sahara, llegan cada año a la región durante la primavera y el verano.

Estableció que como las nubes de polvo originan una masa de aire muy caliente con valores bajos de humedad contribuyen a acentuar la sensación de calor y disminuyen la probabilidad de lluvias en las áreas bajo su influencia, aunque tienden a favorecer el aumento de la actividad eléctrica durante las habituales tormentas de verano.

Advierte que el Polvo del Sahara vienen cargadas de material particulado PM 10 y PM 2,5 que es altamente nocivos para la salud humana, y contienen, además, minerales como hierro, calcio, fósforo, silíceo y mercurio, junto con virus, bacterias, hongos, ácaros patógenos, estafilococos y contaminantes orgánicos persistentes.