PUERTO PLATA.- Transitar por la maltrecha carretera turística Gregorio Luperón además de lo peligroso que es debido a los constantes derrumbes y deslizamientos de tierra, se puede observar la gran desolación dejada por las casas que colapsaron, la quiebra de negocios, la merma de la agricultura y los caminos intransitables.
Este drama que desde hace más de una década vienen padecen los residentes en las diferentes comunidades ubicadas en todo el trayecto de la carretera turística Gregorio Luperón, desde La Gran Parada en Puerto Plata hasta Gurabo en Santiago, al parecer no es un tema que está en la agenda de las autoridades gubernamentales para emprender la reconstrucción de esa importante vía de comunicación terrestre.
Se recuerda que hasta hace unos años, las comunidades de esta zona montañosa gozaban de admiración por su privilegiada belleza natural que le impregnaba su variada vegetación, vivían de la siembra del café, la producción de otros rubros agrícolas y practicaban la minería artesanal, actividades productivas que les permitía vivir dignamente, lo cual ha cambiado de forma drástica por el mal estado de la citada carretera.
En el trayecto Santiago-Puerto Plata por la carretera turística Gregorio Luperón había restaurantes, tiendas de artesanía, puestos de quesos, frutas, vegetales, viveros y otras que mantenían activa la economía de la zona, pero esos locales cerraron y se arruinaron al colapsar los mismos debido a los peligrosos deslizamientos de tierra que también formaron precipicios en la vía, además otro factor que influyo en la economía fue la presencia de la enfermedad de la broca del café, afección vegetal que mermó la producción que les mantuvo activo en la generación de ingresos.
Según manifiestan líderes comunitarios y dirigentes choferiles de Yásica Arriba, aseguran que subsisten completamente acorralados por las precariedades y el infortunio de los deslizamientos, atribuidos a problemas de su suelo, vulnerable por su consistencia y por la ubicación en el rastro de la falla tectónica existente.
En varias comunidades de la carretera turística Gregorio Luperón, en especial en La Cumbre, se enfocaron en la explotación de las minas a de ámbar, una actividad que quisieron retomar a gran escala, pero que el Ministerio de Medio Ambiente frenó para evitar la deforestación por el uso de vehículos pesados en las excavaciones, mientras que los artesanos buscan alternativas de subsistencia.
Por igual, desde hace varios meses varias asociaciones de las comunidades ubicadas en el trayecto de esa carretera, se han unido en una lucha por lograr que las autoridades del gobierno reparen la vía que los ha dejado prácticamente aislados de otras ciudades ya que según indicó Tomás Valerio, “el problema de esta carretera es que ahora la están reparando dizque porque viene la Semana Santa, pero eso tiene que ser un proyecto de bienestar para todo el mundo, deben hacer un trabajo bien hecho”.
En tanto que el Gobierno central a través del Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC), hace dos días iniciaron el arreglo de un desvío construido de forma rápida tras producirse un tremendo derrumbe en la comunidad Tubagua, exactamente en el kilometro 20 de la carretera turística Gregorio Luperón, por lo que se espera que esas labores de reconstrucción se realicen de forma definitiva y no se parte de los acostumbrados aguajes que hacen las autoridades.