PUERTO PLATA.- Al parecer, las múltiples denuncias realizadas sobre la peligrosidad y la falta de iluminación que presentaba desde hace muchos años el túnel del municipio de Altamira, situado en la carretera Puerto Plata-Navarrete, surtieron efecto positivo.
Desde hace unas dos semanas, las autoridades del Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC), dispusieron la instalación de bombillas y lámparas que ya iluminan esta estructura vial construida a principios del siglo pasado para dar paso al ferrocarril de Puerto Plata a Santiago que fue inaugurado por el presidente Ulises Heureaux (Lilís).
El túnel de Altamira presentaba un avanzado estado de abandono, hasta el punto que la carretera dentro del mismo, estaba reducida a un estrecho carril de menos de un metro debido a los derrumbes de tierra y las fuertes lluvias que amenazaban con hacer colapsar esta estructura.
La reparación e iluminación del referido túnel fue solicitada por la gobernadora Eridania Llibre Ortiz al ministro de Obras Públicas; Gonzalo Castillo Terrero, quien de inmediato dispuso varias brigadas de obreros para re-acondicionar toda la estructura ubicada en la comunidad El Copey que ahora exhibe otro aspecto.
Se recuerda que dicho túnel fue construido luego de taladrar una loma y así le dio paso al ferrocarril Puerto Plata-Santiago inaugurado el 16 de agosto del 1897 que estaba en manos de la Compañía Estatal, Ferrocarril Central Dominicano y que fue financiado por la casa bancaria Westendorp de Holanda,que en el 1892 entregó sus intereses y los de su representantes, a la Santo Domingo Improvement Company de New York.
Esta obra que todavía es utilizada en la autopista Puerto Plata-Santiago, se construyó para facilitar el paso del ferrocarril por lo accidentado del relieve ubicado en la vía, donde se transportaban todas las mercancías que se importaban del exterior las cuales llegaban al puerto comercial de Puerto Plata y en esa época Santiago quedaba a solo 68 kilómetros de esta ciudad.
Entre los productos que se exportaban en grandes cantidades desde los pueblos del Cibao y que eran embarcados por el muelle de Puerto Plata figuran: cacao, café, tabaco, cera, miel, madera, guineos, entre otros, pero siempre se le dio preferencia a los productos agrícolas, antes que a la madera.