La intolerancia al voto disidente

Ultima Actualización: jueves, 29 de diciembre de 2022. Por: Antonio Heredia

Todavía hay gente que no entiende que para avanzar en cualquier proyecto las opiniones pueden ser encontradas y no son en contra de nadie, gente que no sabe que en el contrapeso se hace balance. Tomarse las opiniones ajenas a modo personal es una señal de impaciencia.

He visto reacciones  viscerales de humanos  incapaces de aceptar que las personas disienten y que no es necesario  irrespetar o menospreciar  a los que piensan diferente. Nunca dejo de sorprenderme cuando observo el nivel de intolerancia de muchos cuando alguien expresa  diferencia de opinión, pensamiento, credo, simpatía omilitancia. Es cierto que la tolerancia es una virtud, que requiere cierto tipo de ejercicios internos e individuales  que aumenten el grado de desarrollo humano para alcanzarla.

Todavía hay gente que no entiende que para  avanzar en cualquier proyecto las opiniones pueden ser encontradas y no son en contra de nadie, gente que no sabe que en el contrapeso se hace balance. Tomarse las opiniones ajenas a modo personal es una señal de impaciencia.  Y más grave aún si los intolerantes dirigen, se sienten poderosos y si pueden castigar a los  que piensan diferentes su ego se engrandece. Lo que llama la atención  es que personas con esas mentalidades dirigen instituciones y en unos cuantos casos  han sido electos democráticamente.

Aunque no se descarta que unos pocos  de esos personajes hayan ocupado estas posiciones trepando sin el menor escrúpulo, es muy posible también que no tengan la suficiente sensibilidad  para apreciar que lo hermoso de la vida, se obtiene después de haber experimentado situaciones malas. Es decir que la oposición es parte de la vida. A los que les cuesta respetar  las opiniones ajenas, al parecer se les olvida que hay vida y muerte, sol y lluvia, verano e invierno.