La familia Martínez Bonilla: Valor en la resistencia a la dictadura Trujillista

Ultima Actualización: miércoles, 19 de abril de 2017. Por: Yury Parra

Carmen Natalia Martínez Bonilla nace en San Pedro de Macorís, el 19 abril del año 1917, durante la primera ocupación militar norteamericana, ocurrida un año antes.

Carmen Natalia Martínez Bonilla nace en San Pedro de Macorís, el 19 abril del año 1917, durante la primera  ocupación militar norteamericana, ocurrida un año antes en la República Dominicana, por la presión de los capitalistas norteamericanos para terminar las luchas y los conflictos políticos entre los líderes caudillistas de entonces, con fines de  desarrollar sus inversiones en la industria azucarera.

Los padres de Carmen Natalia fueron Andrés Martínez Aybar y Carmen Julia Bonilla, quienes procrearon siete hijos en la ciudad de San Pedro de Macorís: José Eduardo Martínez Bonilla, José Antonio Martínez Bonilla, Andrés Martínez Bonilla, Carmen Julia Martínez Bonilla, Carmen Natalia Martínez Bonilla, Carmen Isabel Martínez Bonilla y José Rolando Martínez Bonilla.

La familia de Carmen Natalia decide emigrar desde San Pedro de Macorís a la ciudad de Santo Domingo 1934, cuatro años después de iniciada la dictadura trujillista, domiciliándose en la calle Arzobispo Nouel, número 33. Tenía diecisiete años de edad cuando su familia emigra a la Capital.

En su ciudad natal era considerada un ícono de la intelectualidad, publicando a continuación su primer libro, titulado “Alma Adentro”, para 1936. A partir de ese momento se le abrirán las puertas como poetisa, además incursionará en escribir artículos periodísticos en el diario “La opinión” (1944-1945), con un trasfondo de denuncia contra la dictadura, entre los que caben mencionar: La muerte de Sócrates, La victoria de Samotracia, El hijo prodigo, La madre, entre otros; los cuales recompilará más tarde en su libro: “Veinte actitudes y una epístola” (1945).

La oposición de la familia Martínez Bonilla contra de la dictadura trujillista le expondrá al asedio y a la persecución como sucedió a los integrantes de la misma, referidos a continuación:

El licenciado Bonilla Atiles, tío de Carmen Natalia; uno de los abogados  dominicanos  más cultos de la época, enemigo del régimen, fue hecho preso varias veces en el campo de concentración de Nigua.

Tuvo  que servir al régimen como diplomático en Caracas y vicerrector de la Universidad de Santo Domingo y decano de la facultad de derecho, lo cual explica Almoina:

“La persecución comenzó por una carta de Bonilla que hizo publicar en el diario La Opinión, quien la acogió, porque entonces  su director, el español Lic. José Ramón Estrella, había recibido de Trujillo la seguridad de que se permitiría libertad de prensa… pero para Trujillo decir públicamente, cuando se estaba preparando su reelección enésima, que un ciudadano reservaba su opinión y su  voto y no los comprometía con un año de anticipación, era un insulto a la omnipotencia… pronto Bonilla fue destituido de sus cargos. Salió de la Universidad por decreto, se le echó también de la presidencia de Rotary Club. ¡Oh las grandes sociedades fraternas internacionales!—, dejó la veneratura de la Logia Cuna de América”.1

Debido al asedio desatado por el régimen, llegó incluso a padecer el hambre, pues su bufete de abogado se fue a la ruina a causas de que los clientes retiraron sus servicios por temor a represalias. Su casa vivía vigilada y sitiada, impidiendo que hiciera vida normal y saliera fuera de su casa, pues el objetivo era que no tuviera acceso a la embajada para impedir que solicitara asilo político.

Algo similar sucedió con Andrés Martínez Bonilla, hermano menor de Carmen Natalia, quien se enrola a la agrupación de la Juventud Democrática que operaba en clandestinidad, por lo cual fue expulsado del Colegio La Salle donde estudiaba, ante lo cual Carmen Natalia se ve obligada a escribir una misiva al Hermano Ángel, director del colegio que dice:

“Lógico es, pues, que mi hermano –aun teniendo escasamente diecisiete años –pensara que algún papel le correspondía a él en esta dolorosa lucha del pueblo hacia su bienestar y es lógico que desarrollara esa lucha desde las filas de la Juventud Democrática …Hoy, mi Hermano Andresito ha regresado a casa con la noticia de que ha sido expulsado de La Salle “por pertenecer a la Juventud Democrática “…porque una vez más queda al desnudo la dolorosa y trágica situación de este pobre pueblo dominicano, olvidado de todos, incluso de los que dicen ser ministros de Dios”.

La indignación emergió en el pueblo, debido a la vinculación de la iglesia a la dictadura, que acentuó la persecución a “los comunistas”. En este sentido  el Obispo Pittini le escribió a Trujillo una carta acerca de los peligros del comunismo, enviada el 8 de enero 1946, coincidencialmente unos días antes de sucedida la expulsión de Andresito Bonilla, dejando en  claro que la iglesia tenía fijada su posición.  

Regresando a la participación de Andresito Bonilla en la agrupación Juventud Democrática (JD), el periódico”Juventud Democrática”, en su boletín interno del Comité Central (CC), escribió sobre sus  en menciones honorificas:

“Las menciones honorificas corresponden al Comité Normalista, por ser el mejor en organización y en propaganda, El Comité Normalista ha creado una nueva célula, “La Mayobanex”,  y ha vendido ciento noventa ejemplares de Juventud Democrática; y la otra corresponde a nuestro compañero Andrés Martínez Bonilla, quien se ha destacado en su combatividad y su eficacia en el trabajo de nuestra JD”.     

En su oposición al régimen férreo de Leónidas  Trujillo, Andrés  también sufrió encarcelamientos y vejámenes propios de la dictadura, como se publica en el periódico “Juventud Democrática”  en fecha del 1947. Lo  expresa  así el artículo “Salvaje atentado en contra la libertad de prensa’’: 

“El pasado martes 8 de junio entre las 11 am. y 12 am., miembros de la policía nacional y del ejército, en número de cincuenta aproximadamente, asaltaron violentamente los talleres donde se imprimía este vocero de nuestra organización. Los agentes irrumpieron a la fuerza en la casa, destruyeron los ejemplares a medio imprimir, se llevaron la prensa y los tipos al Cuartel General y redujeron arbitrariamente a prisión a José Ramón Martínez Burgos y Quiqui Castro, director y editor respectivamente del periódico; y a los compañeros Andresito Martínez Bonilla y Jacinto Peynado, que se encontraban trabajando en ese local”.

Otro firme combatiente  de la dictadura fue José Antonio Martínez Bonilla, hermano de Carmen Natalia, abogado líder del comité Central (CC), quien fue también editor por un tiempo del periódico de la Juventud Democrática. En ese orden, refiriéndose a su labor de oposición al régimen, el periódico publica las agresiones a las que se vio expuesto:

 “Compañeros y compañeras debido a la difícil situación que atraviesa nuestra organización, el boletín de este artículo se ha retrasado en su publicación… En Santiago, numerosos compañeros luchadores democráticos entre ellos dos miembros del Comité Central  de nuestra organización J.A. Martínez Bonilla y J.M. de Peña hijo, han sido condenado a un año de prisión después de un procedimiento anti-democrático y mentiroso”.

Dadas las condiciones referidas, Carmen Natalia se ve en la obligación de enviar una carta al Presidente de la República; Rafael Leónidas Trujillo, en la que le expone las causas que le obligan a solicitar pasaportes de toda la familia Martínez Bonilla, exponiendo a continuación:

“El hecho de que toda una familia haya sido despojada de la única forma de sustento que posee; su trabajo, por persistente acción coactiva de aquellos que se arrogan medios para lograr sus propósitos, no tendría acaso tan definido carácter de atropello, si la coacción no hubiera culminado en una última medida de fuerza…El propietario de la casa que vivimos desde hace catorce años y cuyo alquiler pagamos mes por mes, nos ha avisado que nos notificará un desalojo”.

La dictadura no le otorgará los pasaportes para el año 1947 para salir del país, sino que se agrava el asedio y las persecuciones políticas:

“La poetisa Carmen Natalia Martínez Bonilla y sus padres, eran cesados en los puestos de empresas particulares y sus muebles arrojados a la calle y no encontraban casa donde alojarse; la librería que Carmen Natalia había establecido, en la calle Arzobispo Nouel, frente al Archivo de la Nación, era apedreada y asaltada y la misma poetisa insultada en las calles por mujerzuelas públicas, sacadas de la casa de prostitución, para aquellos efectos”.

La situación se ve agravada cuando el hermano de Carmen Natalia, José Rolando Martínez Bonilla viene en la expedición de Luperón (1949), dirigida por el hermano de María H. Ornes Coiscou (Maricusa), quien expresa:

“Mi hermano Horacio Ornes viene en esa expedición, nosotros lo sabíamos porque nos comunicábamos mucho, pero de saber exactamente la fecha, no.  ´´Ornes entrevista a Ornes´´, ese 
era el título del artículo de la entrevista realizada por mi hermano Germán Ornes, quien era dueño del periódico Caribe y lo entrevisto en la cárcel”.

Al respecto, la hermana de Carmen Natalia; Isabelita de Roque recuerda sobre este acontecimiento:

“Nosotros estábamos en la capital, decíamos que estaba muerto; le dieron un culatazo en la cabeza y cayó al suelo. Federico Fabio, fue el que murió, se decía que no era él; Rolando, había venido; pero uno no lo creía hasta que salió en el periódico retratado entonces confirmamos que había venido”.

El indulto otorgado por el régimen en señal de un “país democrático respetuoso  de los derechos civiles”es lo que va permitir la salida de la familia de Carmen, como lo explica Carmen Isabel de Roque (Isabelita):

“Se quedan en el país Los Roques, Mineta Roque tenía un colegio donde estudiaban todos los sobrinos. Se fueron con Carmen Natalia; ocho adultos: mi papa, mi mamá, Carmen Natalia y José Eduardo…. yo me quedé porque mi esposo dijo que él se quedaba, yo me quedé con mis niños chiquitos, nos quedamos diez meses exiliados en la embajada porque al hermano de mi esposo lo querían matar. Luego sacamos a Ricardo, el hermano de mi esposo, que era anti trujillista. Cuando  Ricardo pasa por Curazao, alguien lo reconoció y le dijo: ¿Ricardo? Él le dijo: no, Eliseo,  pues se fue con “machete”, un pasaporte falso”.

Mientras que María H. Ornes Coiscou (Maricusa), expresa también los motivos por los que debió salir del país:

 “Nosotras, no sé cómo salíamos vivas de país… eso fue un milagro, porque Trujillo no respetaba a la gente, Trujillo no respetaba a nadie, claro no nos fuimos al parque Independencia con un letrero que decía: “Abajo Trujillo”. En  cuanto a la vida, era muy limitada; había que tener mucho respeto con quien hablábamos, quizás por eso se nos permite salir del país, si no, no hubiésemos salido con vida. Ella  llegó primero que yo; cuando yo entré, ella estaba allá”.11

“La apertura democrática” dejó expuestos como desafectos del régimen a la familia de Carmen Natalia, por su militancia en la agrupación de la “Juventud Democrática” (JD); de ahí que esta no tenía otra alternativa de sobrevivencia que no fuera el de tomar el camino al exilio.

Las expresiones escritas por Carmen Natalia a Trujillo, expresaba con su pluma, que tenía suficiente valentía, pese a sufrir adversidades y vejámenes que no la resistencia al régimen. La familia Martínez Bonilla regresaría al país luego del ajusticiamiento del dictador Trujillo.

 

yurimaria18@hotmail.com