LA CAPACIDAD DE VOTAR -X

Ultima Actualización: miércoles, 14 de septiembre de 2016. Por: Angel Artiles Diaz

¿Se habrá dado cuenta de eso, la intelectualidad organizada en el modelo de partido responsable?

¿Cuál es el impacto de los contra-poderes y de los partidos de oposición en el futuro electoral de américa latina, cómo contrarrestar el impacto del poder económico en la decisión de los votantes?


En el proceso de investigación agotado por quien esto escribe, buscándole respuesta a estas interrogantes, nos encontramos con un estudio realizado por  Robert Dahl en 1966, reforzado y analizado por el mismo autor en 1973, que abarcó un análisis de los regímenes democráticos, autoritarios, totalitarios y tradicionales, la crisis de gobernabilidad y, sobre todo, el desafío de la oposición.

Encontramos material para diez artículos más, y (ya dentro del tema) descubrimos que hay pocos estudios al respecto, y por ende, pocos análisis acerca de los contra-poderes, la mayoría se concentra en estudiar el poder y se olvidan del fenómeno de la oposición política en américa latina, lo que desvirtúa cualquier análisis porque los sistemas políticos (o sistemas de partidos) no funcionan sin oposición, es decir, las relaciones gobierno-oposición constituyen la esencia del sistema político o sistema de partidos.       

Encontramos que las oposiciones abundan en las etapas electorales, no como instituciones contestatarias, reivindicadores de políticas públicas o del pago de las deudas sociales acumuladas durante más de un siglo de sueños y esperanzas fallidas, sino que justifican su presencia como grupos que se promocionan como alternativos, ni siquiera como anti-sistemas y sin la debida proyección de partidos institucionalizados, mientras los grupos de poder aplican sus programas de destrucción metódica de los agrupados.

Observados sin apasionamientos, los grupos de oposición temporera que se forman o vuelven a la vida de torneo en torneo, hemos notado que, por evidente mayoría,   están de espaldas a la realidad mercadológica de la actividad partidaria moderna, que ignoran los instrumentos mediáticos disponibles, que creen que poniéndole al líder acaudillado una camisita de cuadros, se destacarán y ganarán adeptos, y no admiten consejos ni sugerencias, son manejadores de sus “imágenes”. A pesar de su acaudalada intelectualidad, se resisten a creer o aceptar la  transformación  constante y acelerada de las sociedades, las últimas décadas han sido escenario de lo que afirmamos; se resisten a aceptar que la esencia de la vida personal y social se modifica día a día y que lo mismo debe pasar con las estrategias mercadológicas de las ofertas partidarias. Pero no.

 

Alvin Toffler, en “La tercera ola” (1979), afirma que esta es sociedad del conocimiento, que la base de la producción son los datos, las imágenes, los símbolos, la ideología, los valores, la cultura, la ciencia y la tecnología. Y contrario al enfoque tradicional, actualmente, la infraestructura no es ya el bien más preciado, ni las máquinas ni los equipos, “sino las capacidades de los individuos para adquirir, crear, distribuir y aplicar creativa, responsable y críticamente (con sabiduría) los conocimientos, en un contexto donde el veloz ritmo de la innovación científica y tecnológica los hace rápidamente obsoletos.”

 

Aunque hace 37 años que se publicó “La tercera ola” de Alvin Toffler, que en su momento fue un planteamiento  futurista, en el que Toffler toma la historia de la humanidad como base para detallar la configuración que tomará la humanidad al culminar la era industrial, las ideologías, lo que modifica los modelos de gobierno, la forma de actuar de la economía, el papel manipulador de las comunicaciones, Etc..

 

Es asombrosa la actualidad que mantiene la teoría toffleriana, nos sirve para comprender el azote de la globalización, cómo y por qué evolucionamos de esta forma que aparenta ser ilógica, pero que responde a los dictados del gran capital sin fronteras que domina el mundo. “Al contemplar estos violentos cambios, podemos considerarlos como pruebas aisladas de inestabilidad, derrumbamiento y desastre. Pero si retrocedemos un poco para disponer de mayor perspectiva, acaban evidenciándose varias cosas que, de otro modo, pasan inadvertidas.” Alvin Toffler, introducción de “La tercera ola” (1979).

 

¿Se habrá dado cuenta de eso, la intelectualidad organizada en el modelo de partido responsable?