LA CAPACIDAD DE VOTAR -VII

Ultima Actualización: viernes, 26 de agosto de 2016. Por: Angel Artiles Diaz

El modelo de voto racional no funciona, porque los ciudadanos no eligen tomando en cuenta la diferenciación de los partidos en cuanto a ofertas de políticas públicas.

Bryan Caplan, (2007) considera  al Votante Racional como un Mito, y sepregunta  ¿Por qué las democracias escogenmalas políticas?  y sostiene que losvotantes son irracionales en la esfera política y que  muchas decisiones políticas son prohijadas en elámbito de los intereses económicos. Esto refuerza lo que hemos planteado anteriormenteen esta serie denominada LA CAPACIDAD DE VOTAR, de que los proyectos políticos han sido sustituidos por proyectoseconómicos individuales y colectivos. Bryan Caplan, The Myth of the Rational Vote: Why Democracies Choose BadPolicies (El mito del votante racional: Por qué las democracias eligen malaspolíticas). Princeton University Press (Nueva Jersey), 2007, páginas 276.

El modelo de voto racional no funciona, porque losciudadanos no eligen tomando en cuenta la diferenciación de los partidos en cuantoa ofertas de políticas públicas. (Pierce, 1999; Adams, 2001). La ideología sealeja cada vez más  de la conexiónelectoral entre partidos y votantes.

El modelo del partido responsable se alimenta del votoracional, pero el partido responsable no tiene capacidad para inculcar esaracionalidad, lo racional exige desde posturas firmas hasta etiquetas diferenciadorasen la madeja de la complejidad del espacio político; el partido responsable,tiene un discurso para sus élites y no dispone de otro para los ciudadanos quepretende adicionar a su causa, he ahí su dificultad para existir en la presentecoyuntura de representación política (Huber y Powell, 1994).

Para el votante latinoamericano ha desaparecido elinterés por el contenido semántico del izquierdismo  y el derechismo, y todo significado asociado adichas corrientes de pensamiento político. Esta realidad reduceconsiderablemente el trabajo para el posicionamiento en el mercado electoral ydeja el campo libre a la Teoría Espacial del Voto (TEV),  que consiste en complacer la mayor parte delelectorado en todo lo que pide, para así aumentar la posibilidad de ganaradherentes y elecciones. Haciendo con la economía lo que conviene a la políticay no lo que aconseja la economía como ciencia. (He ahí la diferencia entreeconomía política y política económica).

La sociología política de latino américa, ordena en losescaparates los diferentes trabajos teóricos que tratan de poner de manifiesto los vínculos ideológicos y voto, al margen de la visión tradicional departidos con poca o ninguna ideología, personalistas; en los que la bisagra deredes clientelares o el personalismo sustituye la ausencia de contenidoideológico-programático (Ver: Coppedge, 1998; Rosas, 2005; Ruiz, 2007;Kitschelt et al., 2010).

La complejidad del universo partidista en AméricaLatina, es  extraordinaria. En este espaciogeográfico se conjugan partidos y sistemas de partidos ideológicos y noideológicos y su desenlace en la estofa de la representación, ha traído comoconsecuencia, como resultado, la efectividad electoral que alcanzan lospartidos de los vínculos ideológicos.

En el universo partidista latinoamericano la mayoríade jornadaselectorales no logran ni siquiera el 50% de participación y tenemos casos enlos que se gobierna con el apoyo de un tercio de la llamada  voluntad de la mayoría. Y en ese tercio, sobresale (porevidente aglomeración) una gran variedad de siglas, detrás de las cuales seescudan generales sin tropas, que son decorativas en los patrones decompetencia partidista y justifican el sistema político, pero sin ningún  tipo de vínculos con los electorados.

Esas estadísticas evidencian la fortaleza de laabstención, indican que los racionales son mayoría; pero sin propósito, sinproyecto, sin liderazgo. A veces algún intelectual deja de invernar y sale desu claustro de vanidad, y se propone como líder, pero la egolatría no lo dejaposesionarse, porque son más ególatras que políticos, y prefieren el séquito deborregos al equipo de compañeros.

Para Caplan, la gente se encasilla de tal manera: “…quepuede saberse lo que alguien piensa sobre cualquier tema con sólo conocer suposición ante el aborto. Los votantes no analizan, por ejemplo, si lainvestigación con células madre es un atentado a la vida humana, como postulala Iglesia, o no; ni si los impuestos progresivos castigan al que más trabaja yequivalen a un saqueo, o no. Pero los votantes son soberanos. Amén.”