LA CAPACIDAD DE VOTAR –III

Ultima Actualización: lunes, 08 de agosto de 2016. Por: Angel Artiles Diaz

La inequidad en la distribución de las riquezas, caracteriza la etapa que vivimos los latinoamericanos.

La Ciencia Política se afana por identificar y analizar losingredientes que concurren en la explicación de la conducta electoral y ladecisión del voto del ciudadano común. Las glosas teóricas   desarrolladas en la fragua de la disciplinade la sociología política, han construido múltiples elucidaciones sobre losdeterminantes de la conducta electoral del sujeto votante, que encontramosapiladas en las cuatro esquinas del comportamiento social: el conductismo, elfuncionalismo, la teoría general de sistemas y el racionalismo. Determinantesteóricos que generan una heterogeneidad de modelos que permiten el proceder delos actores políticos y, entre éstos, el comportamiento del votante.

El catálogo partidista latinoamericano se ha trocado en unavariedad asombrosa de   categorizacionesy tipologías, aquella rebeldía de la juventud que nos empujaba aladoctrinamiento, se ha refugiado en la indiferencia, se ha camuflado contatuajes, ensordecido con   bocinazos acualquier hora, con los que anuncian y justifican sus inútiles existencias yencuadran sus egos de especie humana marginada del discernimiento ético devalores ciudadanos a los que han tenido un acceso tan precario, que no los hanpodido digerir.

A esto se suma que los autoproclamados líderes políticos,aunque sean piezas codiciadas por la geriatría y del carbono 14,  no abandonan el barco aunque se hunda, sumeta no es servir, sino estar arriba con el bigote entintado, hasta rayar en laridiculez más abyecta, mientras el relevo generacional anquilosado pisa elrastro de estiércol de los caballos trotones de ese caudillaje arqueológico.

El sistema de partidos latinoamericanos, traspasó loslinderos de la institucionalización y se albergó en el formato numérico,buscando niveles de polarización que les garantice un acuerdo y un patrón decompetición que los justifique hacia afuera, en la configuración de loselectorados populacheros.

La inequidad en la distribución de las riquezas, caracterizala etapa que vivimos los latinoamericanos, la riqueza se concentra enestratos  sociales muy reducidos,mientras crece el número de microempresarios, y el ejército delumpen-proletarios se estanca en la ciénega del denominado sector informal y sealiena consumiendo sustancias alucinógenas y pagando el impuesto a la esperanzade las bancas de apuestas.

El Estado, utilizado como empleador para granjear adepciones, concentra o absorbe grandesmasas de la población anquilosada,   lasenvilece, matándole la capacidad de iniciativa e implanta una dictadura conrespaldo clientelar. Fuera de ahí, el denominado sector formal de la economía,raya los linderos de la nulidad, los elementos constitutivos de la clase mediase transmutan, ya no sabemos cuáles características  debe reunir un ser social para ser ubicado enla clase media; muchos se han refugiado en el trabajo por cuenta propia osector informal.

¿Neoliberalismo o políticas de ajuste, que reducen laparticipación del Estado a los espacios regulatorios? ¿De dónde se deriva larealidad que engulle al latinoamericano contemporáneo, de qué fenómeno esconsecuencia esta realidad que respiran los habitantes de las excolonias delnuevo mundo?

Tienen los diseñadores de esta realidad, alguna respuesta alauge de la criminalidad, a los crecientes y diversos procesos migratorios.¿Cómo responde el neoliberalismo al delito aspiracional? Y otra pregunta nomenos importante: ¿Cuál es la respuesta a la metamorfosis que ha sufrido lademocracia, en la que cada partido político y cada candidato constituyen unproyecto económico? ¿Plutocracia o democracia?

¿Qué pasa con nuestro comportamiento electoral, hasta dóndealcanza nuestra  capacidad para decidirpor quién  votar? Los latinoamericanos nocontamos con un índice de coherencia partidista, las masas están de espaldas ala relevancia de los temas sustantivos, de las políticas públicas y no lesimporta  la naturaleza de los partidospolíticos,  su realidad, ni susandamiajes internos, y solo procuran el sustento y el cobijo diario, de ahí suagenda cortoplacista y la irracionalidad que los anquilosa  para utilizar la capacidad de determinación.