¡Te lo dije!

Ultima Actualización: viernes, 14 de agosto de 2015. Por: Ramiro Francisco

Era como una especie de “ves? No me hiciste caso, hiciste lo contrario al consejo dado. ¡Te lo dije!”.

Por aquel entonces, en el recuerdo de nuestra adolescenciano era  fácil escuchar de labios denuestros padres sobre todo del “viejo”, la sentencia  ¡Te lo dije!

Era como una especie de “ves? No me hiciste caso, hiciste locontrario al consejo dado. ¡Te lo dije!” Uno sentía tanta vergüenza de haberlefallado a sus progenitores, que las lágrimas de derrota, no tardaban mucho enasomar sin llamarla a lubricar nuestros ardientes ojos.

Ese “te lo dije”, era válido, justo y certero porque elconsejo sobre determinada acción, había sido dado con tiempo. Por eso, serecibían esas reprimendas con respeto y en admisión al desvío, por leve quefuera.

Guardando la distancia, los actores y las circunstancias, sele puede decir a muchas de nuestras autoridades e instituciones “te lo dije”.

Entre algunos que tratan de hacer comunicación responsabledesde los programas de radio o televisión donde trabajan y en el medio másamplio y libre como son las redes sociales, se les han tratado algunosnecesidades que parecen más acuciantes.

Problemas como el desastre del tránsito vehicular, ladesagradable situación de una ciudad SIN planta de tratamiento, las condicionesde decenas de nuestros barrios periféricos por causa de falta del sistemasanitario, y el desastre de las aguas contaminadas que salen al mar en nuestrolitoral del malecón.

Esas consideraciones-demandas, no son de ahora. Ni de esteaño. Los registros están ahí. Y no han hecho caso o lo han hecho a medias.

Sus “asesores y consejeros” como hábiles encantadores deserpientes, hacen lo indecible para mantenerlos tranquilos y somnolientos.

Pasado el tiempo, quieren dar muestra de preocupación por eldesastre en salud que podría desatar en una ciudad que se levanta sobre sus cenizas,la falta de una planta de tratamiento de aguas residuales.

Ahora que se espera el barco, y cuando el efecto de lossomníferos parece desaparecer, se dan cuenta del caos existente en el tránsitovial, y la falta de voluntad política que estanca y aleja una acción valedera,correcta y permanente.

Y se suceden las reuniones, y los foros, y los acuerdosinter-institucionales. Se inician campañas y se escuchan los ruidosartificiales y otras “yerbas aromáticas”.

Se acerca el barco…y ahora, algunos tal vez a regañadientesreconocen que Puerto Plata no está debidamente preparada. Aún así, se puedehacer algo. ¡Te lo dije!