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				ESTUPENDO
				GRANDIOSO; EL TORITO EN HEMINGWAYS BAR AND CAFÉ
				 Por: 
				Luis H. CanelaViernes 12 de Junio de 2009
				Espectacular 
				podría ser el calificativo para denominar el concierto que 
				ofreció en Hemingway's Café Bar el miércoles pasado, Héctor 
				Acosta (El Torito). Los propietarios del establecimiento 
				aprovecharon el día festivo, jueves, para contratar a esa 
				magnífica orquesta y los resultados llenaron las expectativas 
				debido a la cantidad de público que se dio cita.  
				La actividad 
				comenzó a las once y cuarenta y cinco minutos de la noche y 
				culminó pasadas las tres de la mañana.  
				Demostró El 
				Torito, una vez más, que es un artista completo de pies a 
				cabeza. Interpretó sus mejores éxitos ante un público delirante 
				que durante toda la noche no cesó de corear sus merengues, 
				boleros y bachatas.   
				Un aspecto 
				importante a resaltar de sus interpretaciones es la exactitud 
				milimétrica en tiempo y espacio con que su banda ejecuta. 
				Parecería que se está escuchando la pieza original directamente 
				del CD.  La exquisita acústica de Hemingway's se convirtió en 
				cómplice de esos acordes esa noche.  
				Es que Héctor 
				Acosta le sobra respeto para con el público, no se tuerce, no 
				claudica, no negocia su ritmo, se ve el esfuerzo que hacen tanto 
				él como sus músicos por no distanciarse de lo que  la gente 
				escucha a diario. No alarga ni acorta, no sube ni baja más de lo 
				normal, no inventa; es el mismo. Qué bueno, es contrario a 
				muchos merengueros que se tuercen y quiebran sus versiones 
				originales resultando, muchas veces, en disparates de 
				interpretación, largas, tediosas o muy cortas, él, por el 
				contrario, es preciso, fiel, escrupuloso.   
				Manifestó una 
				vez más que tiene peso, talento de sobra, puntualidad, demostró 
				que no ofende. Al verlo, juguetón, haciendo concursos entre el 
				público sobre qué equipo de pelota dominicana tenia más 
				asistentes esa noche,  se ve al ser humano, al provinciano que 
				hace lo que hace porque el destino lo puso ahí, sin alardes ni 
				altanería.   
				¡Tremendo El 
				Torito, tremendo! Te felicito.     |  | 
				 
 
				
 
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