ATRACTIVOS
EN SEMANA SANTA VISITE EL MUSEO DEL
ÁMBAR DOMINICANO
Por: Yuderka García
y Derissé De León
Sábado 15 de Marzo
de 2008
Muy pocos sabíamos de la existencia del
ámbar en nuestro país y mucho menos de sus orígenes ni de la
importancia que revestía aquella resina fosilizada aunque muchos
joyeros lo utilizan en la fabricación de exquisitas piezas con
inexorable valor y con la fama de que ninguna mujer se resiste
ante su belleza, diversidad y contenido.
Radicados en Puerto Plata, los esposos Aldo
Costa y Ada Benelli se dedicaron a la colección de las piezas
más raras y encantadoras y para 1977 transformaron su sueño en
realidad al exhibir aquellas valiosas piezas en Villa Bentz, una
gran casa al estilo neoclásico en la que se encuentra la sede
principal del Museo del Ámbar Dominicano.
Orígenes del Ámbar
Sobre los orígenes del ámbar, el Museo del
Ámbar de Puerto Plata nos traslada a la época con sus salas
recreadas con escenas de la prehistoria, sonidos y lo más
interesante: la gama de información necesaria para conocer más
sobre esta riqueza. En un escenario similar tuvo lugar la
gestación de la savia pegajosa que fosilizada con los procesos
geológicos que experimentó nuestro planeta, se convirtió en
ámbar.
“El ámbar es una resina fosilizada de
árboles prehistóricos con una edad promedio de 60 millones de
años. Se encuentran incrustados insectos, hojas, flores, gotas
de agua, musgo, aire y demás ya que era una savia pegajosa y
dulce que en su momento atrapó todo tipo de vida animal y
vegetal que a esta se asomaba”, expresa el Lic. Diovis Sánchez,
Guía Turístico del Museo.
Hoy día ya no existen esos árboles
prehistóricos pero se presume que hasta tanto no desaparezcan
los árboles del algarrobo que cubren el pulmón natural de la
reserva científica Isabel de Torres no habrá carencia de tal
resina aunque se tarde años en fosilizar.
¿Resina o Piedra? Diferentes Matices
Muchos denominan el ámbar como una “piedra”
por que se utiliza en la elaboración de aretes, collares y
pulseras muy vistosas y de elevado valor económico, sin embargo
crear conciencia sobre la verdadera identidad del ámbar reside
en que se clarifique y se conciba como la resina fosilizada de
árboles que oscilan entre 20 a 50 millones de años.
Denominar el ámbar como una piedra preciosa
o semi-preciosa, es una práctica errónea ya que de acuerdo con
la antropóloga puertorriqueña Migène Gonzàlez Wippler en su
libro “La magia de las Piedras y los Cristales”, una piedra es
toda aquella formación mineral opaca como el ágata, el ojo de
tigre o la piedra de la sangre por lo que sin lugar a dudas se
descarta de que el ámbar sea una piedra, en virtud de su
consistencia cristalina y brillante.
“Para saber cuando el ámbar es genuino se
puede probar de manera simple. El ámbar autentico flota en el
agua salada y toma un tono azuloso en presencia de los rayos
ultravioletas”, reafirma Diovis Sánchez al momento de hacer
ambas pruebas.
Los matices del ámbar son variados:
amarillo, rojo, negro, verde y azul conforman la gran gama de
tonalidades tomadas en consideración para delimitar su precio.
El ámbar azul es el más costoso por ser muy poco encontrado con
densidad volcánica no existente en el país pero que puede
hallarse en ciertos lugares por que el ámbar tiene la
característica de flotar y desplazarse con facilidad. Sin
embargo el más vendido y mayormente adquirido por los turistas
que nos visitan es el amarillo.
“Poseemos una serie de minas que se
localizan entre la Cordillera Septentrional, específicamente
entre Puerto Plata (localizadas en las secciones Juan de Nina y
Rancho Ambrosio) y Santiago de las cuales extraemos el ámbar.
Además en los últimos años se pueden mencionar minas del sur que
también nos proveen como son: Palo Ato, Palo Quemado y La Toca”,
comenta Diovis Sánchez y establece que cuando se compara con el
ámbar del distrito del Sur, el ámbar del distrito del Norte
tiende a ser más frágil y a romperse con el calor.
Puerto Plata y su Museo de Ámbar
“Una de las primeras adquisiciones que hizo
la señora Ada Benelli Costa y Don Aldo Costa fue la de un
ejemplar de ámbar que en su interior posee un lagarto en
extraña posición con la cola cortada a pocos milímetros de
espacio en el año 1982 o sea, hace ya 24 años lo mismo que tiene
de fundado el Museo”, nos externa la Lic. Isabel Bruno, Gerente
General de este Museo.
Valorizar esta resina orgánica como una
ventana al pasado remoto y seguir enriqueciendo las muestras de
dicha colección con nuevos hallazgos, ha sido y es la visión
que posee este imperioso museo que posee el área de la
colección, salas de venta de piezas en ámbar y larimar y un gran
Gift Shop internado en Villa Bentz.
“Es impresionante cómo nuestros turistas
consumen el ámbar puesto que al conocer su historia se enamoran
de esta y quieren tener un ejemplar de este aunque sea en unos
simples aretes”, apunta Bruno para recalcar la importancia de
mantener este Museo que ha sido iniciativa de la familia Costa
Benelli. Por otra parte hay que destacar que en el país solo
existen dos museos destinados a mostrar a miles de visitantes
esta riqueza ancestral: Museo Mundo del Ámbar de Santo Domingo y
el Museo del Ámbar en Puerto Plata.
Misterios del Ámbar
Un nuevo hallazgo soporta el dicho de que
el ámbar es realmente un tesoro insospechado. Hasta hace seis
años no se había encontrado en ninguna parte del mundo un
espécimen de vida animal tan gigantesco dentro del ámbar. El
hecho que ha concitado el interés de muchos antropólogos,
científicos y coleccionistas de la preciada resina es haber
encontrado una pluma que mide unos 4 centímetros de largo en el
interior de la misma y que solo puede ser apreciada en el Museo
de Puerto Plata.
Otro gran descubrimiento ha sido el fósil
de la Misionella Didicostae incrustada en ámbar. Una araña de 2
milímetros con sangre fosilizada y que lleva el nombre de Doña
Didi en honor a su estilo visionario y al trabajo realizado a
través de su museo. Hecho que ha desatado emociones inmensas
entre el equipo de geólogos y científicos destacándose el Dr.
David Penney el cual realizó la Conferencia “El Origen de la
Biodiversidad del Caribe” en Punta Cana en julio de este año.
“El Ámbar es verdaderamente especial, quien
tiene una pieza en ámbar puede decir que tiene un tesoro en su
poder por que cada ejemplar es único”, recalca Bruno ya que la
naturaleza es un tanto generosa, nada se destruye sino que se
transforma.
En definitiva, la resina que flota en el
mar, mejor conocida como Ámbar es sorprendente por que aunque
en el país es aprovechado como material exótico en la confección
de joyas muchos aciertan y le atribuyen propiedades curativas y
esotéricas.
Lo más interesante es que en su búsqueda e
innovaciones se encuentran involucradas muchas personas. Doña
Ada Benelli y su esposo Don Aldo Costa se distinguen como dos
personalidades que encontraron en el ámbar una ventana al pasado
que nos reencuentra con datos culturales, ricos, interesantes e
inagotables.
El Museo del Ámbar Dominicano de Puerto
Plata es uno de los encantos de la Novia del Atlántico; es el
destino ideal para estos días de asueto por ser un espléndido
lugar donde cada pieza narra una historia; un viaje hacia lo más
recóndito de los años de evolución en que la Madre Tierra dio
sus encantos.
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