Editorial

    

BARAK OBAMA, BIENVENIDO

 19 de enero de 2008

El  ascenso de Barak Obama deja atrás un periodo tortuoso de irremisibles consecuencias para el mundo. Guerras,  conflictos, quiebras, desajustes y el consecuente deterioro de la calidad de vida de los habitantes, no solo de Estados Unidos, sino de muchas partes del mundo.

Obama encarna la esperanza, lo bueno, lo puro, en sus palabras, como en las del buen médico,  se refleja la madurez de un hombre reflexivo forjado a la luz del esfuerzo propio.

Este acontecimiento deja atrás un periodo de ocho años de miedo, de desvergüenza, de irresponsabilidades; deja atrás uno de los periodos donde la ineptitud se sentó en la Casa Blanca y poco a poco se fue engullendo, con la más soez irreverencia, la vergüenza y las ilusiones de un pueblo trabajador como el norteamericano.  

Obama, en uno de sus discursos advirtió que  habrá "salidas falsas y reveses, frustraciones y decepciones".  “Asegurémonos de que esta elección no es el final de lo que hacemos para cambiar Estados Unidos, sino el principio". Esas son palabras de un hombre sensato y reflexivo, no lo que había antes. 

Bienvenida sea de nuevo, como cuando Kennedy, la utopía, el ensueño y la imginacion a los corazones de la gente de esa gran nación y del mundo.

 

 

 

 

 

 

 

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