INFLACIÓN

LA CRISIS VUELVE ESTRECHO EL PRESUPUESTO FAMILIAR

Jairon Severino/Listín Diario.-
Jueves 24 de Julio de 2008

SANTO DOMINGO.-

EL PRESIDENTE LEONEL FERNÁNDEZ HA ADMITIDO LA GRAVEDAD

Hay estrechez económica. Esta es una de las frases que podrían resumir la reacción de las personas ante lo que se está sintiendo en la economía.

Antes de las pasadas elecciones presidenciales todos los dominicanos sospechaban o se escuchaban los comentarios acerca “de lo que venía después” y que “prepárense para la peor”.

Lo cierto es que las familias han visto cómo se les estrecha su prepuesto en medio de un panorama que no parece ser el más halagüeño, mientras las autoridades comienzan a mostrar la otra cara de la realidad que tenían oculta durante el período electoral.

Las dificultades presupuestarias parecen que no son exclusivas de las familias. El gobierno ha dado muestras de que está sintiendo los embates de la crisis y también ha anunciado que los recortes son inminentes, pues de otra forma el país podría confrontar serios problemas para sostenerse.

De ahora en adelante habrá que prepararse para comprar el gas licuado de petróleo (GLP) sin el subsidio que otorga el gobierno, pero también habrá que pagar más caros los pasajes para llegar a cualquier destino, lo que en muchos casos, como para los estudiantes y los trabajadores que requieren del servicio público de transporte, se convertirá en una razón más para apretar el presupuesto.

La Fundación por los Derechos del Consumidor (Fundecom), previendo esta situación de altos precios, en varias ocasiones ha llamado la atención sobre la necesidad de que las personas se conviertan en consumidores responsables, pues necesariamente habrá que hacer recortes en aquellos artículos que no son imprescindibles para mantener un estatus o calidad de vida aceptable.

La estrechez económica, que se ha sentido más a partir de finales de junio, se ha expresado en que las personas, cuando van al supermercado o al colmado, han tenido que disminuir la cantidad y la calidad de algunos de los alimentos. La crisis también se ha expresado en la disminución de viajes de placer o por fines de semana al campo, o en tener que tomar carros o guaguas públicas en vez de taxis. Algunas personas han comenzado a notar que cuando van a algún centro comercial, en horas que por lo general hay una gran afluencia de público, sienten que no está tan “apretado” y que ni siquiera han tenido que hacer filas para que las atiendan. Esta realidad también ha sido descrita por personas que han ido a bancos donde es casi obligatorio durar una hora hasta ser atendido.

Algunas veces hasta las cajeras han estado esperando clientes. En su discurso ante la nación, el pasado 17 de este mes, el presidente Leonel Fernández fue explícito: “Me dirijo a ustedes esta noche con la finalidad de referirme a la actual situación económica del país y de las medidas que en lo inmediato debemos adoptar para proteger a los distintos sectores de la vida nacional de los efectos devastadores del huracán económico que en estos momentos azota al mundo”. Parafraseando el dicho popular “más claro de ahí ni el agua”.

Todo indica que los altos precios de la comida, de los combustibles y todo lo que involucra la vida cotidiana han tocado al mandatario o se ha puesto del lado de los que menos posibilidades económicas tienen para resistir la tormenta.

El Índice de Precios al Consumidor (IPC) en el mes de junio registró un aumento de 2.38%, con relación a mayo, lo que situó la tasa de inflación acumulada del primer semestre del año en 7.57%. La inflación subyacente acumulada enerojunio alcanzó 4.15%. Este indicador mide la tendencia inflacionaria de origen monetario, aislando los efectos en los precios de shocks por factores exógenos a la política monetaria que distorsionan el comportamiento del índice general.

En lo que se refiere a la tarifa de electricidad, las autoridades han mantenido invariable el precio que pagan los consumidores, pero a decir del secretario de Economía, Planificación y Desarrollo, Temístocles Montás, la Superintendencia de Electricidad tendrá que hacer los arreglos de lugar porque el Gobierno sólo dispone de US$250 millones por encima del total programado de US$650 millones para destinarlos al subsidio energético.