BANCO MUNDIAL Y FMI
ALERTAN SOBRE IMPACTO MUNDIAL DEL ALZA DE LOS ALIMENTOS
El aumento
de los precios ha sido el detonante de manifestaciones, en
algunos casos violentas, en países tan distantes como Pakistán,
México, Egipto o Haití
El presidente del Banco Mundial (BM), Robert Zoellick, muestra
un saco de arroz en una rueda de prensa previa a la Asamblea de
Primavera del Fondo Monetario Internacional en Washington.
Zoellick pidió una acción internacional inmediata para hacer
frente a la situación de emergencia en países en desarrollo como
Haití, a raíz de la subida de los precios de los alimentos.
Washington, 10 abr (EFE).-
El Banco Mundial y el FMI alertaron este
jueves de que el alza de los precios alimenticios ha destruido
gran parte de los avances en el combate contra la pobreza y ha
avivado la inflación en todo el planeta.
El presidente del Banco Mundial, Robert Zoellick, llevó un
paquete de arroz y un bollo de pan a su rueda de prensa previa a
la Asamblea de Primavera conjunta de ambos organismos para
ilustrar el drama humano que supone la subida del valor de esos
productos básicos.
"En muchos países en desarrollo los pobres
gastan hasta el 75 por ciento de sus ingresos en comida", afirmó
Zoellick, quien hizo un llamamiento mundial para responder al
problema.
"La comunidad internacional debe de cubrir al menos el hueco de
500 millones de dólares en el programa alimenticio de las
Naciones Unidas para satisfacer las necesidades de emergencia",
señaló Zoellick.
El aumento de los precios ha sido el detonante de
manifestaciones, en algunos casos violentas, en países tan
distantes como Pakistán, México, Egipto o Haití.
En la nación caribeña han muerto al menos cinco personas durante
las revueltas.
El responsable de la institución financiera calculó que el
efecto de la actual crisis alimenticia en la reducción de la
pobreza en el mundo equivale a siete años perdidos.
El valor de los alimentos ha subido un 48 por ciento desde
finales de 2006 y la escalada llega en un momento especialmente
difícil para el planeta.
Economía 'entre el hielo y el fuego'
Según Dominique Strauss-Kahn, director gerente del Fondo
Monetario Internacional (FMI), la economía mundial está "entre
el hielo y el fuego".
El "hielo" es una frenada económica brusca, que hará que el
mundo deje atrás el crecimiento del 4,9 por ciento registrado en
2007, tras varios años de esplendor, y marque un 3,7 por ciento
en 2008, según el Fondo.
El "fuego" es el alza de precios de los alimentos y la energía,
que se siente desde Madrid hasta Puerto Príncipe.
No obstante, donde quema más es en África y un puñado de países
en otras regiones, como Haití, Mongolia y Afganistán.
Para gran parte del continente negro la subida de esos precios
supondrá un empeoramiento de más de un uno por ciento de su
sector externo entre 2007 y 2008, un impacto que el jefe del FMI
consideró "gigante".
El efecto "es probablemente mayor que la mayoría de los choques
(económicos) en el pasado", dijo Strauss-Kahn.
En Europa, las cuentas corrientes de la mayoría de los países
sufrirán un deterioro de menos del uno por ciento por esta
causa, mientras que ganarán los grandes exportadores, como
Argentina, Brasil, Estados Unidos, Rusia y Australia.
Bolivia y Paraguay también se beneficiarán, al tiempo que el
resto de América Latina se verá "moderadamente" perjudicada.
Según el Banco Mundial, los elevados precios de los alimentos se
prolongarán durante años, debido en gran medida a la mayor
producción de biocombustibles, que está desviando parte de la
cosecha de granos como el maíz.
Mientras, con un crecimiento de tan solo el 3,7 por ciento este
año, el mundo no está lejos de una posible recesión.
El FMI considera que existe un 25 por ciento de posibilidades de
que el PIB del planeta solo se expanda un tres por ciento, una
cifra que considera "equivalente" a una recesión mundial.
Esta tasa implicaría una contracción en países avanzados
importantes y una desaceleración marcada en naciones de alto
crecimiento, como China e India, explicó a Efe Subir Lall,
coordinador del informe de previsiones económicas de la
institución.
Los mercados emergentes han soportado bien la crisis hasta
ahora, reconoció Strauss-Kahn, pero aseguró que "no son inmunes"
a ella.
Alertó del riesgo de "una parada súbita o, por lo menos, una
reducción drástica" de los flujos de capital hacia los países en
desarrollo, que golpearía en particular a las naciones que
dependen más del dinero externo para su financiación.
"Estamos muy preocupados por lo que está pasando en Europa
Central", confesó.
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