Igualmente, todo adulto se sentirá reconfortado, acompañado, unido, aliviado, con un abrazo sincero”.

Inspirados en el ejemplo de cincuenta jóvenes universitarios de Santiago, República Dominicana, una amiga, doctora Petra Rossó, nos sugirió la idea de: “organizar un día del abrazo en Facebook, no sólo de manera virtual, sino físico”.

Fanática como somos de los abrazos, la idea nos encandiló desde el  primer momento y la hicimos nuestra con la pasión caribeña que nos caracteriza y…”fuego a la lata”.

Lanzamos la idea a la web y no se hizo esperar el aporte de ideas, sugerencias, formas de hacerlo, fechas posibles, etc., etc., de amigos y amigas que siempre están prestos y solidarios a “abrazar” cualquier idea  positiva y que contribuya a la creación de la cultura de La Paz. Nuestra querida Ilsa, Luis Fernando, sus “divos, incluyendo a los amigos amantes de la música romántica Martha, Ruthie, Mayra, Angela, José,  María Isabel, Emile, Paul, Mercedes, Betty, vecinos, farmville del universo cibernético, a los cuales pedimos excusas por no poder mencionar sus nombres (son demasiados!), dijeron presente. Y… aquí estamos: 

Haciendo partícipes e invitando  a todos a formar parte de esta acción que  esperamos confiados que será recibida y abrazada por toda corriente de vida que camina la Tierra como algo suyo, porque vale la pena llevar a cabo.

El lunes 31 de octubre último llevaremos a cabo el “Día del Abrazo Mundial en Facebook”, por lo que esperamos que de la misma forma que  la tecnología ha roto las fronteras para llevar a nuestros hogares “guerras televisadas”, en esta oportunidad, nos sirva de medio para “unir en un abrazo fraterno a toda la humanidad”.

En la ocasión pretendemos que al cabo del día hayamos abrazado por lo menos a una persona!. Sí, lo entiendo. Algunos nos mirarán raros, otros se preguntarán qué mosca nos habrá picado, la mayoría nos tomarán por locos, pero en definitiva eso qué nos importa.

En un mundo donde la ternura cada día es más escasa y el amor se confunde con bisutería, que  nos pueden  importar esas tonterías.

Uno abraza a otros como abraza la vida. Abrazar y dejarse abrazar es estar abiertos. Es vincularnos a los demás, es dejarnos conmover por el afecto y la ternura. Es dejarse tocar, no sólo con la piel del otro, sino con el alma misma, con el corazón. Es bajar las defensas que tantos nos alejan por unos segundos y permitirnos ser más con toda la humanidad. 

Prestigiosas universidades y especialistas en todo el mundo están estudiando el efecto terapéutico de los abrazos y el contacto físico.

El doctor David Spiegel, de la Universidad de  Stanford  fue pionero en observar la correlación entre mayor longevidad y apoyo terapéutico grupal en mujeres con cáncer metastático de mama.

El estudio estuvo destinado a demostrar que expresar sentimientos, sentirse acompañado, tener contacto afectivo mejoraba la calidad de vida y disminuía el dolor.

Este estudio demostró sin embargo, para asombro del propio Spiegel, que el dolor se redujo en un 50%, incluso que las pacientes vivieron el doble (las mujeres del grupo de control vivían un promedio de 18.9 meses en tanto que las del grupo que recibía terapia de apoyo vivían 36.6 meses).

El contacto, abrazo, soporte afectivo prolongan la vida en caso de metástasis, porque tienen un poder analgésico, incluso para dolores severos, mejoran el sistema inmunológico, nos hacen sentir bien, más seguros, queridos, valiosos, conectados a la vida.

Y de inmediato, nos surge esta interrogante: qué estamos esperando, te invitamos a promover y a  acompañarnos este lunes 31 de octubre en el “Día Mundial del Abrazo en Facebook”, contamos contigo, para no permitamos que la prisa, vorágine de la vida nos haga olvidar los abrazos, dejándolo sólo para los aniversarios, ascensos, graduaciones u ocasiones especiales.

Todos los días son buenos para abrazarnos. “Fundirnos en un profundo abrazo con la persona que cerca, nos cambiará. Tal vez este mundo individualista quedará impreso más allá de nuestra soledad”.

Ayúdanos a fomentar los abrazos en el Mundo.

(Colaboración de: Nery Estévez, Psicóloga Clínica).