Mediante estos viajes de flor en flor contribuyen, desinteresadamente, a la polinización de muchas especies.
A principios del siglo XX un grupo de cientificos en Suecia que buscaban la manera de de reconstruir el clima del pasado escubrieron que el polen era una herramienta útil para poder obtener datos importantes como el tipo de vegetación que había en la zona donde es encontrado.
Durante su estudio la muestra se dissuelve en ácidos hasta que quede el polensólido y después de unas horas se analiza en el microscopio.