Para el mundo que nos tocará vivir tras el COVID-19

Ultima Actualización: jueves, 23 de abril de 2020. Por: Rafael Hernandez

Por: Rafael Hernandez

Yo propongo Reducir a 5 o seis las provincias de República Dominicana, con dos diputados y un senador cada una. Este chin de país no necesita más de ahí. Cada ayuntamiento con tres a cinco regidores según la población del municipio. Es la única manera de acabar con esa plaga de vividores políticos.

 

Se debe legislar para que no haya más de tres partidos, ya que esa es otra plaga de vividores de la teta nacional, esos partiduchos no van a ninguna parte, que se refundan con los tres, porque toditos juntos, esos partiduchos no llegan a tener más que un 5 o 6 por ciento del electorado nacional. Son mafias políticas con las cuales hay que acabar para comenzar a limpiar este país. Si de verdad queremos un país libre de corruptos y corruptores.

 

En un complejo de apartamentos deben vivir todos los legisladores en Santo Domingo, exclusivamente, pagando su agua, luz y teléfono, sin exoneraciones ni barrilitos y sin privilegios de ninguna clase. Los Regidores deben volver a ser honoríficos, con una sencilla dieta por sesión que no exceda los RD$500.00 pesos. Sin fiestas, sin brindis ni canastas navideñas. Bastante agua de coco hay en este país, para hacer un brindis sano.

 

Si de verdad queremos una democracia participativa, debe introducirse en la Constitución la figura del Revocatorio. Enseñar a los políticos a preparar un plan de trabajo y presentárselo a los electores. Político electo que no cumpla dicho plan debe ser sustituido y colocado su 1er. suplente y si el suplente tampoco cumple, el segundo suplente, no se atreverá a fallar.

 

El presupuesto del Ayuntamiento debe administrarse sin repartos, sin privilegios y sin compromisos con empresas que administren capítulos internos, llevándose grandes porcentajes de los ingresos municipales y evitando que ese dinero sirva para resolver la problemática de la institución. Igual con las juntas municipales y los excesos de empleados y supuestas ayudas que otorgan por compromisos políticos.

 

Capítulos como educación y cultura deben ser prioritarios. Aplicar multas por violación a la sanidad y esparcir basuras en las vías públicas, generará fondos para dedicarlos a la educación del pueblo. Que se establezca por Ley a celebrar los Cabildos abiertos (sesiones) con representativos de toda la comunidad (nadie fijo, sino rotando), para que las decisiones municipales respondan a las auténticas necesidades del pueblo.

 

Quitar los legisladores de ultramar, que nada aportan y constituyen un gasto superfluo. Reducir al mínimo el servicio exterior y dejemos de financiarle turismo a tantos vagos en el extranjero. Sacar las fortalezas de los pueblos del interior y llevarlas a los pueblos costeros y fronterizos. Que la Policía nacional sea convertida en una Guardia Nacional, para las funciones propias de ese tipo en todo el mundo.

 

Que la policía municipal tenga su cuartel y el número de agentes para el mantenimiento del orden público. Que las cárceles se conviertan en talleres donde los presos ganen su comida y dormitorio decente con la venta de sus productos y dejen de ser almacenes de vagos y universidades del delito.

 

En fin, necesitamos un Foro Ciudadano sin dietas siquiera, que se reúna a estudiar las salidas y soluciones a la problemática nacional, si queremos seguir siendo una nación con la vista puesta en el futuro y proteger como queremos nuestra soberanía sin ninguna presión extranjera.