Hace mucho tiempo que quienes sentimos alguna predilección por el bolero, venimos disfrutando de la bellísima canción Recuerdos, en la voz del brasileño Miltiño, y que escribiera años hace, su compatriota Raúl Sampaio.

Si tomamos en cuenta, que recordar es sencillamente “traer una cosa a la mente, tener presente, hacer memoria, remembrar” …encontraremos el valor que tienen esos boleros y baladas que dejan exhalar el perfume del recuerdo.

“Al recordar aquel lugar por siempre amado, siento el hechizo de aquel paraíso que tuve a tu lado…” canta Miltiño. “Sé que no piensas volver y aún te espero y que te debo olvidar, y más te quiero. Vivir recordando el ayer, es renacer tu presencia en mi ser, vivir añorando tu amor es vivir los recuerdos de ti”.

Pero hay recuerdos que no queremos que crucen siquiera como relámpagos por nuestros pensamientos. Traen amarguras, soledad, llanto y dolor. Como aquellas heridas a las que cantó el Trovador Codina, “que cierran en falso y si alguien las toca vuelven a sangrar”.

En la actualidad, buena parte de la sociedad dominicana trata de olvidar los traumas, desencantos, atrasos, rupturas y anquilosamientos políticos por los que ha atravesado por décadas.

Los hechos que se suceden alrededor del Congreso, son recuerdos no muy gratos, que serán difíciles de olvidar para muchos.

¡Heridas dolorosas y ardientes que vuelven a abrirse! ¡Quién sabe hasta cuándo!

Y canciones como Sentencia que nos regala en su voz el Lujo de México, Marco Antonio Muñiz “te acordarás de mi toda la vida…te acordarás de mí, mientras yo viva” la tararearán muchos y silbarán otros en venganza por lo recibido anteriormente.

Y la distancia, se hará más larga y más extensos los horizontes, y de nada valdrá la canción de Portillo de la Luz, Contigo a la Distancia.

Que alguien intervenga que no sea San Pedro, porque este fue belicoso y le arrancó de un tajo con su espada la oreja a alguien.

Que quien los llame a deponer actitudes, no sea sacerdote ni pastor evangélico. Ni comunista, ni socialista, ni de izquierda ni de derecha. Ni pobre ni rico, ni ex presidentes ni de Juntas de Vecinos.

Que no pertenezca al reino animal, ni al vegetal ni al mineral. Que no sea extraterrestre tampoco. Ni hable español, inglés, francés, ruso, alemán ni idioma o dialecto alguno.

Que sea supervisor de Caronte, el yolero aquel de la Laguna Estigia, y le ofrezcan un crucero…suban aquellos que merezcan el viaje y solo queden en nuestros recuerdos.