Autoridades de RD y Haití guardan silencio en torno al presunto secuestro de chofer puertoplateño, aún no presentan evidencias ni versión definitiva

Ultima Actualización: sábado, 02 de junio de 2018. Por: ANTONIO HEREDIA

Lo más indignante del caso es que tampoco se han presentado evidencias que confirmen o nieguen la versión de que Peralta Arias estuvo cautivo de un grupo de hombres armados.

PUERTO PLATA.- A pesar del tiempo transcurrido aún las autoridades de República Dominicana y las de Haití no han podido presentar ante la opinión pública una versión creíble y definitiva sobre el cuestionado secuestro del joven chofer puertoplateño Kairon Antonio Peralta Arias.

Lo más indignante del caso es que tampoco se han presentado evidencias que confirmen o nieguen la versión de que Peralta Arias estuvo cautivo de un grupo de hombres armados, siendo retenido por más de diez días y quien de manera increíble según narró, en una noche lluviosa logró huir de sus captores.

En torno a dicha situación, el director general de la Policía Nacional, mayor general Ney Aldrin Bautista Almonte, de forma vacilante indicó a una batería de reporteros que lo abordaron al respecto, que según el informe médico realizado al chofer Peralta Arias, este no muestra ningún tipo de lesión física o psicológica.

El jerarca policial dominicano sostuvo que cuando se termine el proceso de investigación se va a esclarecer este hecho, pero que por el momento no puede decir si hubo o no un secuestro, sin embargo, las autoridades haitianas dicen que no encuentran ninguna coherencia en el caso.

Mientras que el conductor Kairon Antonio Peralta Arias reiteró que fue secuestrado en el vecino país, pero que no fue maltratado físicamente por sus captores, a la misma vez que manifestó estar recibiendo presiones de las autoridades para que acepte la versión oficial de que supuestamente todo se trató de un “autosecuestro”.

Asimismo, hasta la hora presente no se sabe dónde está el autobús marca Toyota, modelo Coaster que conducía Peralta Arias, vehículo que fue alquilado por un grupo de misioneros representados por una pastora con la cual se reunió en Dajabón y la misma le entregó la suma de 7 mil 500 pesos como avance.