San Felipe de Puerto Plata; la mina sin explotar.

Ultima Actualización: miércoles, 20 de diciembre de 2017. Por: Luis Henriquez Canela

Estamos como los chivos sin ley en una especie de selva donde impera el sálvese quien pueda.

En el municipio cabecera de Puerto Plata nos estamos quejando del caos en el tránsito. Una cantidad exagerada de motocicletas circulando de manera desenfrenada en el centro y la periferia sin orden ni reglas.  Estamos como los chivos sin ley en una especie de selva donde impera el sálvese quien pueda.

Yo continúo con mi teoría de siempre; hay que establecer un perímetro para la circulación de las motocicletas: De sur a norte permitir la circulación hasta la calle Antera Mota, de Este a Oeste hasta la calle José Ramón López y de Oeste a Este hasta la 30 de Marzo. Cero circulación de motores en esos espacios. También, convendría regular el transporte de los demás vehículos en las calles adoquinadas y hacerlas peatonales.

Nos quejamos de que han dejado poco espacio a la circulación, no hay parqueos y todo parece anarquía. Había escrito la conveniencia de que el edificio donde se encontraba el palacio de justicia, en la Separación con Beller, hay que demolerlo y construir un parqueo de cinco o seis niveles para que el que viene a la ciudad y va a visitar una tienda, un restaurant o simplemente sentarse en el parque o caminar, pueda dejar su vehículo en ese lugar. Un financiamiento a largo plazo se pagaría con lo que produciría esa obra, o se concesiona. El otro parqueo, el de la Comandancia de Puerto, quedará muy lejos, pero es excelente para los autobuses.

Porque ¿para quienes han de ser las obras? ¿Para beneficio de quienes deben construirse? Para el ciudadano, para el visitante nacional y extranjero, para las familias, para el comerciante que paga los impuestos, con la finalidad de que la ciudad crezca y sea productiva.

Ahora lo que tenemos es una ciudad cada vez más hermosa y encima de sus calles, un caos. El gobierno municipal debe ver más allá y llevar a cabo un plan a largo plazo, un plan que catapulte el municipio 20 años hacia adelante.

Los adoquines están preciosos, pero hace falta orden. Le corresponde a las autoridades normar el buen desenvolvimiento, la correcta y eficiente utilización de esa inversión, sabiendo que muchas veces hay que tomar decisiones dolorosas.

Es normal escuchar al puertoplateño decir que los cruceros no han tenido el impacto económico que se esperaba. Dueños de tiendas se quejan de que todavía no han recibido al primer turista de esos cruceros y se dice que los dirigen a negocios que pagan comisiones. No debe ser así. El pastel hay que repartirlo y para eso hay que ordenar la ciudad, para que puedan desplazarse y penetrar al lugar que les parezca. Para ello se requiere también mucha seguridad y controles en lo cual, nos consta, las autoridades han trabajado arduamente.  

Son ideas que ojalá lleguen a la conciencia de quienes nos dirigen y podamos convertirnos en un municipio de avanzada, productivo, normado y que la gente quiera venir a caminar y a consumir. Cada adoquín debe ser productivo, cada centavo invertido en esa obra debe retornar y esa es la forma.  

Visión a largo plazo, mano dura, imponer el respeto a las leyes, trabajo permanente en busca de mejoría, esa debe ser la tendencia.  Tenemos una mina sin explotar en nuestras manos y estamos viviendo el día a día apenas mirando al futuro inmediato.