PUERTO PLATA.- Con la gran emotividad que ha causado en la grey católica de Puerto Plata la elección canónica del reverendo padre Santiago Rodríguez Rodriguez como obispo de San Pedro de Macorís, es propicia la ocasión para aclarar que dicho presbítero en realidad es el segundo sacerdote puertoplateño que ha sido elevado a tan alta dignidad eclesiástica.
De acuerdo a los datos suministrados a este redactor por una fuente de entero crédito, la cual de manera gentil solicitó mantener en el anonimato su identidad, dan cuenta que el primer clérigo puertoplateño que fue consagrado con el orden episcopal, fue Monseñor Luís Antonio de Mena Steinkopf, que fue Arzobispo Coadjutor del Arzobispo de Santo Domingo.
Este purpurado católico nació en La Novia del Atlántico el día 9 de Julio del 1873, hijo de Miguel Antonio de Mena y Portes y de Adelaida Steinkopf, formándose eclesiásticamente en el Seminario Conciliar Santo Tomás de Aquino donde se le confirió el presbiterado el día 19 de septiembre de 1896.
Monseñor Luis Antonio de Mena Steinkopf fue expatriado injustamente en febrero de 1904 hacia Cuba en donde permaneció por una década al frente de la parroquia de Guabasiabo, pero en el mes de octubre de 1915 por disposición de Monseñor Adolfo Alejando Nouel, es puesto al frente de la Secretaría de Cámara y Gobierno del Arzobispado de Santo Domingo, siendo nombrado el 21 de enero del 1920 como Provisor, Vicario General y Gobernador Eclesiástico.
En tal sentido, el primer obispo puertoplateño fue nombrado el 14 de Junio de 1920 por el papa Benedicto XV como Camarero Secreto y Supernumerario, con tratamiento de Monseñor, por lo que el 23 de Septiembre de 1923 fue consagrado Arzobispo Titular de Parios, con el cargo de Arzobispo Coadjutor del Arzobispo de Santo Domingo, cuyo consagrante fue Monseñor Nouel, asistido por Jean Alexander Morice, Arzobispo Titular de Tarbes y Julius Víctor Pichotn, obispo de Les Cayes, Haití.
Pero es importante saber, que en su calidad de Arzobispo Coadjutor, Monseñor Luis Antonio de Mena Steinkopf, visitó esta su ciudad natal el día 14 de Mayo de 1924, renunciando a la silla arzobispal el día 18 de Junio del 1930, renuncia la cual fue aceptada por el papa el día 6 de Julio del mismo año y falleció en Santo Domingo en el año 1932.