La nueva playa en la Puntilla de Piergiorgio de Sosua

Ultima Actualización: sábado, 29 de abril de 2017. Por: Carlos Manuel Ciriaco Teijeiro

Hasta hace unos días y como siempre había sido desde que tengo uso de razón, el área del mar atlántico que está frente a La Puntilla de Piergiorgio en Sosua.

Hasta hace unos días y como siempre había sido desde que tengo uso de razón, el área del mar atlántico que está frente a La Puntilla de Piergiorgio en Sosua, era una zona profunda en sus aguas, en las cuales no había posibilidad que uno pudiera bañarse, porque el golpe de las mismas olas contra los arrecifes, que por cierto son los que soportan los hermosos balcones del Restaurante, no permitía que nadie pudiera bañarse sin que estuviera en peligro su vida, con honrosas excepciones, ya que algunos mozalbetes que se atrevían y desafiando las bravuras del mar y sus olas, se lanzaban al vacío para caer en sus aguas y disfrutar de un baño.

Hace apenas unas cuantas horas, quizás unas 72, que por algún movimiento en las placas tectónicas del Caribe, de acuerdo a lo que dicen los expertos, se ha formado una playa justamente debajo de los balcones del restaurante La puntilla de Piergiorgio, misma que ha quedado prácticamente privada, porque para poder tener acceso a ella se debe pasar/entrar por el mismo hotel-restaurante la Puntilla. El asunto es, que ahora la administración del hotel, supuestamente, ha impuesto un cobro de US$10.00 por el paso-uso de y hacia la nueva playa y, por supuesto esa decisión ahora ha creado "un enjambre" de opiniones en contra de la misma y de la administración del hotel, que no olviden es privado.

Pues yo les voy a decir lo que yo pienso respecto a esa decisión. Yo estoy total y completamente de acuerdo con ese cobro, porque si para poder entrar hacia la playa el único acceso que hasta ahora existe es a través del hotel, entonces que se cobre su acceso. ¿Saben por qué? Porque en este país la inversión privada está protegida y garantizada por las leyes, y la Puntilla de Piergiorgio es un hotel-restaurante de inversión privada, por ende, si no existe otro acceso hacia la nueva playa, y ellos, la administración del hotel, realizan un cobro por el acceso hacia ella, es su derecho, y nadie ni ninguna ley se los puede prohibir o imponerle que permitan el acceso de manera gratuita, porque de ser así, entonces las inversiones privadas en este país no estarían garantizadas. Y muchos dirán: "Pero las playas son de acceso público". Sí, es cierto, pero no las que como esa nueva playa, para poder entrar hacia ella usted tenga que penetrar por una propiedad privada, como es el caso.

Así que, a los periodistas y ciudadanos que han querido bombardear la administración y propietarios del Hotel-Restaurante La Puntilla de Piergiorgio, que dejen de joder, que las leyes son para todos y para todo. En Puerto Playa y Sosua existen muchísimas playas de acceso público, si ustedes quieren, vayan a una de esas, sean coherentes y respeten las leyes y el derecho al uso y usufructo que tienen los dueños de sus propiedades. O de lo contrario, sólo imagínense que esa fuera su casa y que para poder entrar a esa playa, sólo porque las leyes digan que las playas son de acceso público, usted tenga que dejar entrar a todo el que le dé la gana pasar por la sala de su casa para ir a la playa. ¿Qué dirían ustedes?

No sean mezquinos e irrespetuosos al querer dejar de reconocer el derecho a la propiedad privada que tienen los que son sus dueños.

¿Ustedes quieren ir a la nueva playa? Váyanse por la orilla de la playa más cercana y si no pueden llegar a esa nueva playa... Váyanse nadando, pero no quieran hacer un show ahora por la decisión del hotel-restaurante La Puntilla de Piergiorgio de cobrar por el acceso a la playa pasando por SU PROPIEDAD, que con todo su derecho compraron, invirtieron y han mantenido como uno de los mejores Hoteles-Restaurante de la zona norte, y por supuesto que pueden cobrar por el acceso hacia el o hacia ahora la nueva playa.

Por eso es que este país está como está, porque los ciudadanos quieren que se cumplan las leyes, pero somos los primeros en querer violarlas.

¡Abusadores!