Pocos inventos a lo largo de la Historia han transformado tan profundamente la vida humana como el automóvil. Desde el primer vehículo con motor de combustión inventado por Benz en Alemania, la evolución del transporte y la comunicación se ha dado a pasos agigantados, llegando no solo a limitarse a ese aspecto de la vida humana, sino que también originando grandes revoluciones a nivel de la ciencia, la técnica y la producción de bienes a escala industrial. Con decir que la alta demanda que en su momento tuvieron los primeros modelos llevó a visionarios como el industrialista americano Henry Ford a inventar el sistema de la producción en serie, que, luego de ser aplicado con éxito en la industria automotriz, se convirtió en un estándar de producción de casi cualquier cosa a nivel internacional.

            Desde entonces son muchas las innovaciones técnicas y de diseño que se han dado en el campo de los vehículos automotores, siempre buscando la adaptación a los cambiantes hábitos de consumo de la población mundial. No es de extrañar que, en la actualidad, en el mundo híper tecnificado en el que vivimos, nos preguntemos cuál será la próxima gran innovación o dónde estallará la próxima gran revolución de los vehículos automotores. La respuesta parece estar a la vuelta de la esquina: los vehículos eléctricos.

            Desde hace varios años, con la creciente preocupación en torno al cambio climático y al impacto que en el planeta tiene el uso indiscriminado de combustibles fósiles, diferentes empresas alrededor del globo han volcado sus esfuerzos técnicos en el diseño y la aplicación de nuevas tecnologías que permitan la fabricación de vehículos amigables con el medioambiente, pero que a su vez ofrezcan las comodidades y prestaciones a las que estamos acostumbrados. Firmas nuevas como Tesla Motors desde hace varios años vienen aplicando esta filosofía, teniendo ya varios modelos en el mercado, que apuestan por la electricidad como fuente de energía, con la mirada puesta en un futuro en el que los automóviles aprovechen no solo las fuentes alternativas de energía, sino también los avances de la tecnología y la inteligencia artificial para su conducción autónoma, eliminando así en la mayor medida posible el factor de la negligencia humana, que tantos accidentes ha llegado a causar.

No solo Tesla se ha dedicado a la producción e investigación de estas nuevas tecnologías, en el mismo Silicon Valley californiano están emergiendo fabricantes como Atieva, de los cuales el portal especializado en la industria automotriz MotorBit informa que son financiados por capitales chinos, quienes en este año anuncian el lanzamiento de su primer modelo. Como vemos, cuando el río suena es porque piedras trae, y lo más seguro es que la tendencia en los próximos años sea que los fabricantes grandes sigan el ejemplo de los emergentes y masifican la producción de autos eléctricos, reduciendo drásticamente la dependencia de la sociedad moderna en los combustibles fósiles. Y luego de eso, abrir las puertas para la introducción de tecnologías para la conducción autónoma de vehículos, con lo que se revolucionaria una vez más nuestra forma de movilizarnos, comunicarnos y relacionarnos.

Enlaces:

https://es.wikipedia.org/wiki/Autom%C3%B3vil

https://www.youtube.com/watch?v=wlafLiI8myM

https://www.youtube.com/watch?v=VQn9DLOQWZg

http://motorbit.com/?pais=int