La democracia dominicana tiene que dar más

Ultima Actualización: martes, 19 de julio de 2016. Por: Ariel Heredia Ricardo

El funcionamiento del sistema político adolece de numerosa fallas.

Aunque en los últimos 30 años el país ha logrado notablesprogresos en orden a estabilizar sus instituciones democráticas, a generar unclima de convivencia ciudadanas y a reivindicar el dialogo entre sus actoressociales y políticos, el funcionamiento del sistema político adolece denumerosa fallas.

Un sucinto diagnóstico del sistema político dominicano loevidencia altamente presidencialista, centralizado, con un claro desbalanceentre los poderes del estado: “un Congreso relativamente débil y un poder judicialcarente de autonomía real y a su vez politizado”. Los gobiernos municipaleslanguidecen por falta de recursos y de facultades política, atrapados enmodelos de gestión superados por las nuevas realidades urbanas.

La ausencia de políticas de estados que den continuidad a lagestión pública y la personalización de la controversia política, han limitadola eficacia de las instituciones gubernamentales. Los efectos nocivos delclientelismo, del caudillismo, de los valores y prácticas autoritarias, han frenadola necesaria modernización de la vida política dominicana.

La ciudadanía ha conquistado libertades civiles en lasúltimas tres décadas, pero la dictadura de los partidos, unido a la  impunidad y la corrupción ancestrales delEstado Dominicano, han retardado el proceso de modernización económica ypolítica.

Para avanzar en democracia se necesitan reformas quepromuevan crecimiento económico con mejor distribución de los recursos, y mayoreficiencia en la administración pública. Si no cumplimos con esos dos puntos,hablar de crecimiento es una ilusión.