NUESTRA CAPACIDAD DE DETERMINACIÓN -I

Ultima Actualización: jueves, 05 de mayo de 2016. Por: Angel Artiles Diaz

El discurso democrático, es una constante en las sociedades del presente siglo, patrocinado por el interés de legitimar el poder político dominante.

El discurso democrático, es una constanteen las sociedades del presente siglo, patrocinado por el interés de legitimarel poder político dominante. En el lado opuesto, la ciudadanía global muestraun descontento de considerable amplitud hacia lo político como resultado de laabulia  y la apatía de las élites delpoder para, por lo menos, aliviar mínimamente, las deudas sociales y económicasdel mundo global.  

Después de la Segunda Guerra Mundial y la posterior consolidación del desarrolloindustrial, sobrevino el dominio absoluto de  las tecnologías de la comunicación y de lainformación  que ha traído como consecuencia el desarrolló una sociedad demasas, dejando atrás  el proceso socialproductivo que el capitalismo utilizó para ingresar a su fase imperialista.

“Las sociedades de masas…-dice Edgar OrtizArellano, en su obra: “Elpensamiento de Robert Michels en la comprensión del fenómeno oligárquico de lassociedades postindustriales”:

 …secaracterizan por una necesidad de generar organizaciones y estructuras quepermitan la coordinación armónica de los múltiples agentes sociales para laconvivencia pacífica y estable. De la necesidad de organización surgenindividuos que se ponen al frente de los diferentes grupos sociales y estoscomienzan a especializarse como un fenómeno indispensable de los que ejercen elliderazgo y poder.

En todos los procesos  históricos, según Robert Michels,  existe una separación constante e ineludibleentre los que mandan y  las grandes masasdestinadas a obedecer, como un acontecimiento propio de las democracias, en lasque los gobernantes son elegidos, por sus capacidades  en el área técnico-administrativa, y productodel ejercicio propio del poder, trazan fronteras y se separan de losgobernados.

¿Qué determina este fenómeno de separaciónentre gobernantes y gobernados? Lo determina, según Robert Michels, lanecesidad que tienen las  sociedades de masas   de la División Funcional del Trabajo  (Teoría de Taylor )* consistente en dividirel trabajo y establecer la especialización de manera que cada hombre, desde elgerente hasta el obrero, ejecuten el menor número posible de funciones. FrederickTaylor,  ingeniero mecánico y economista estadounidense, promotor de laorganización científica del trabajo, considerado el padre de la AdministraciónCientífica.

De esta Teoría de Taylor, parte Michelspara formular su ley de hierro de la oligarquía: “La organización es la que daorigen al dominio de los elegidos sobre los electores, de los mandatarios sobrelos mandantes de los delegados, sobre los delegadores. Quien dice organizacióndice oligarquía.”  Edgar Ortiz Arellano, Obrasupra citada.-

Para Michels la organización es unaestructura que genera la dominación oligárquica característica de nuestrotiempo. Las sociedades de mediados del siglo XX y principios del siglo XXIdejaron el proceso industrial a un lado y las grandes masas de individuos sedistribuyeron en diferentes actividades económicas que hacen que la conscienciade clase se difumine en espacios que se caracterizan por crear condiciones queaumenten la apatía de los individuos y genera ambientes favorables para que lastendencias oligárquicas se acentúen mas, los medios de comunicación saturan deinformación a las personas, las pirámides de mando y liderazgo se vuelvengigantescas, los sistemas electorales se diseñan de tal manera que ya noimporta si los partidos tienen seguidores o no, las burocracias partidariasconstruyen el aparato legal que garantice su permanencia en los escañosparlamentarios y burocráticos aumentando así su capacidad para consolidar suposición, así como el ejercicio del poder que les reditúa en más poder.