El capitán M de AMET

Ultima Actualización: domingo, 31 de enero de 2016. Por: Luis Henriquez Canela

Para pendejos está bueno ya.

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Señores, las cosas que tiene que vivir el ciudadano comúnen este país no tienen nombre.  La semana pasada, como parte del trabajoque hago como abogado y corredor de seguros,  me dirigí a La Vega a darle asistencia aunos de mis clientes,  el cual había sufrido un accidenteautomovilístico.  Mi cliente iba a cruzar una intersección, se detuvo,miró, no vio nada y de repente vino esa motocicleta como a 150 kilómetros porhora y le impactó en la puerta derecha trasera del vehículo.  El motoristafalleció con el impacto.

Una multitud enardecida por poco lo lincha como si fuese élquien conducía a 150 kilómetros por hora o como si fuese él quien provocó elaccidente. A diario escuchamos las mismas historias:   accidente,muerto, multitud, golpiza, asalto, robo, rotura de cristales y hasta quema devehículo. Lo que pasa en este país no está  escrito en ningún sitio, noestá ni será escrito. Cuando desorden.

Pues resulta que como el cliente tiene en su póliza deseguros el servicio de Casa del Conductor, mientras conducíamos a darle laasistencia, llamamos a esa institución y ellos enviaron un agente de AMET abuscarlo a La Vegapara llevarlo a Santiago.

Llegamos casi al mismo tiempo. Lo trasladan a Santiago, donde después de tomarle las declaraciones, tomar los originales de lalicencia, la cédula, el seguro, le solicitamos a las autoridades judiciales quelo dejaran ir a dormir a  Puerto Plata con el compromiso de estar al díasiguiente,  a las 8:00 a.m.,  de vuelta. Nos autorizaron. Volvimos al día siguiente a la hora pactada.

Pasamos  casi el día  completo esperando elcertificado médico y el  acta de defunción y ya pasadas las 3 de la tarde,nos dijeron que volviéramos al día siguiente ya que el expediente no se habíapodido completar.  Al día siguiente fuimos directamente al Tribunal deTránsito de La Vegapara que le conocieran la medida de coerción correspondiente.

Cuando se examinan las piezas que componen el expediente,nos damos cuenta de que en los documentos que AMET La Vega envió, aparece unaseñora adicional como lesionada.  Cuando se le pregunta a mi cliente quesi sabía que había una tercera persona involucrada, dice que no, que era unasola persona la que iba en la motocicleta y la que yacía tendida en el suelo.No se sabe de donde apareció esa lesionada. Muy importante fue la integridaddemostrada por el Ministerio Público de esa localidad que acogió la declaraciónde la imputada.

Bueno, pues continuamos,  se le conoce la medida alcliente, le imponen fianza y presentación periódica.  Le pregunté a laautoridad judicial por la autorización para retirar el vehículo de AMET La Vega y delante del mismocapitán M de AMET, me dicen a viva voz, vaya, que el capitán se lo va aentregar.   El capitán M asintió personalmente frente a mí.  Elcapitán M es un de tipo bajo,  5´7”,  aproximadamente, trigueño y concara de gente que no tiene amigos.

Era mediodía, en lo que recogíamos, nos montamos en elvehículo, nos dieron las 12.30, hora de comida. Le digo a uno de losacompañantes, te apuesto peso a moriqueta que el capitán M no está.  Dichoy hecho. Andaba en su hora de almuerzo.   Le explico al escribiente yme dice que si no tengo la autorización por escrito no puedo retirar elvehículo, le solicito que llame al capitán M y le recuerde que el MinisterioPúblico le ordenó que me entregara el vehículo, cuya custodia, dicho sea depaso, correspondía a Casa del Conductor Santiago.

El escribiente no entiende nada. No quiere entender. Veo ensu rostro esa risa minúscula, casi imperceptible que produce la victoriapírrica de saberse dueño del mundo en un momento. La burla es obscena,hedionda, pecaminosa. ¡Pobres ciudadanos!  Me dice que vuelva a las 2.30que es la hora en la cual regresa el capitán M.  Nos dirigimos a unpequeño restaurant, no muy lejano del destacamento, en la sobremesa comenté quesi nos topábamos con el capitán M hoy, éramos los más suertudos del mundo. Ay!,la experiencia. Así fue. 

Regresamos al destacamento, hablé de nuevo con el escribientey dice que el capitán M está supervisando la zona y que no sabe cuándoregresa.  Nos dan las 4:00pm y no llega. Nos vamos cabizbajos a PuertoPlata la tierra del Querido.

En el camino voy llamando gente para que me ayuden a sacarel vehículo, localizo un abogado amigo de allá, el cual va a AMET como a las 6de la tarde y el capitán M le dice que mi cliente, después del accidente, noapareció más. Según Él (¡así con mayúscula!), debió presentarse al díasiguiente y no lo hizo. Pero resulta que La Casa del Conductor lo fue a buscar ese mismo díay con un agente.  Al parecer el capitán M no sabe que La Casa del Conductor tienejurisdicción. Indudablemente quería redactar el acta allá para poner lo que lediera la gana.  Pues el capitán M estaba molesto y por eso, digo yo,asintió cuando el Ministerio Público le dijo verbalmente que me entregara elvehículo, todo esto para desaparecerse y que el flamante escribiente me dijeraque Él (así con mayúscula!) no estaba y que sin ese papel no me podía entregarel vehículo.

Finalmente, para no cansarles el cuento, como dice mi tíaTita (la única que queda de los fósiles), accedió al día siguiente en la tarde,muy tarde, no sin antes recibir una llamada de esas que hacen temblar a los másduros, de esas que le sacan los pipí hasta a los guapos del Indio Duarte.  Entregó el vehículo. El capitán M tiene que entender que todostenemos un jefe y que Él (así con mayúscula) no está por encima de nadie.

Como ustedes habrán notado, yo no quise mencionar el nombreni el apellido del capitán M.  Es capitán, sí, ese es su rango, de esoestoy seguro. La Mse la puse porque me gusta esa letra, hay muchas cosas mostrencas,desagradables, toscas, que comienzan con esa grafía. Su apellido comienza conO. Eso es para que Él (¡así con mayúscula!) no crea que quiero hacerle daño conlo que escribo. Esto no es para hacer daño, esto es una denuncia. Yo lo escribopara que el capitán M sepa que uno no es un pendejo, que si Él (¡así conmayúscula!) lo que quería era dinero, se le podía dar algo por la custodia delvehículo, pero de esa forma NO. 

Lo de la lesionada adicional está pendiente. Esa es otraparte que hay que investigar también y con esto no estoy diciendo que Él (¡asícon mayúscula!) directamente, es el responsable de eso, algún responsable debehaber porque este no es el primer caso. Abundan y en todas partes, si no,pregúntenle a los abogados de las aseguradoras.

Cada vez que choca un cliente nuestro, antes de que firme,leemos el acta diez veces para que no le metan gato por liebre. De abusos tengoel escritorio lleno. 

Hamlet Hermann vivió sus últimos años viendo cómoembadurnaban de sica (no zika) una institución que nació para hacernos librescumpliendo con la ley, pero después que pasó a ser dirigida por la institucióna la que pasó se convirtió en un estercolero. 

Esa es otra de las instituciones que hay que desmantelarcompletamente y volver desde el principio a conformarla.  Se ha convertidoen un ente recaudatorio en perjuicio de la ciudadanía. Que si hay hombresserios ahí? Claro. Dondequiera los hay, pero el 90% está podrido.

 

Para pendejos está bueno ya.