Recuerdos de la Calle 2 (4 de 5)

Ultima Actualización: sábado, 27 de septiembre de 2014. Por: Ramiro Francisco

Doña Trina le seguía en el orden que llevamos este a oeste de la Calle 2, Los Callejones allá por los años cincuenta.

Lic. Ramiro Francisco
 

En cuanto al término “arreglar” del que hablamos en el artículo anterior, por entonces, nunca lo comprendimos a plenitud. Sí recordamos que uno de los “guses” era electricista o liniero, y podía arreglar planchas y esas cosas menudas pero,  la verdad que no era de él que se hablaba.
 
Como vecinos de Persia, estaba la familia Grano de Oro. A diferencia de los Grano de Oro que conocemos ahora con el discurrir del tiempo, el cabeza era blanco, con ojos verdes. Pequeño de estatura. Celador de aduanas y por tanto de los pocos en la vecindad, que tenía un revolver.
 
Le seguía una familia en la que el papá solo conocido por el sobrenombre de Vecino, laboraba en el ayuntamiento como recogedor de basura, en el “camión de Santiaguero”. Su esposa tenía como nombre Gachi. Creemos, era el único camión por esos años existente en Puerto Plata para esos menesteres, pues la misma era colectada en carretones tirados por mulos o caballos.
 
Uno de esos lo manejaba, un señor de nombre Antero. Lo recuerdo, porque el mulo le dio una mordida a un jovencito conocido por el mote de El Vizco, hijo de Pablo Rosa al “cucutear” en el basurero cercano al taller de Yequi. Se dijo que molestaba al mulo con una “maya haitiana”.
 
Doña Trina le seguía en el orden que llevamos este a oeste de la Calle 2, Los Callejones allá por los años cincuenta.
 
Esta señora, vivía en una pequeña casa de tablas de palmas. Era la madre de José el de Tinita. Fumaba. Fumaba mucho, cigarros y cachimbo.
 
Tenía en casi todos los setos o paredes de su humilde vivienda, fotos sin vidrio de peloteros criollos y extranjeros, de ella misma cuando joven y una foto grande de Trujillo. 
 
Era ya muy madura cuando la conocimos con sus bien cuidados cabellos blancos. En su patio tenía sembradas cañas blancas y permitía a los niños tomar algunas de ven en cuando. Siempre, cuando ella estaba de buen humor y había ganado el Licey, su equipo favorito.
 
Junto a ella estaba la familia Calizán. Una numerosa familia de varones y hembras. Uno de esos muchachos llegó a ser miembro de la Marina de Guerra.
 
Le seguía doña Luz Camacho y sus hijos Maritza y un enanito al que le decíamos Camachito. Con el tiempo, este llegó a ser un buen mecánico de motocicletas.
 
Continuará…