CIUDADANA
EL SÍNDROME DE ESTOCOLMO
Una mañana del 23 de agosto de 1973, en el barrio de
Norrmalmstorg, Suecia, dos delincuentes armados con
ametralladoras entraron en una sucursal del Sveriges
Kreditbanken. Blandiendo su arma, un hombre fugado de una
prisión llamado Jan-Erik "Janne" Olsson, de 32 años de edad,
acompañado de otro recluso, anunció a los aterrados empleados
del banco que "La fiesta acaba de empezar". Los dos atracadores
tomaron cuatro rehenes, tres mujeres y un hombre. Durante las
131 horas siguientes (5 dias y medio) estos permanecieron atados
con dinamita en una cámara acorazada del banco (su bóveda que
medía unos 11´ x 47´) hasta que finalmente fueron rescatados el
día 28 de agosto. Al momento de la liberación, los rehenes
mostraron una actitud impactante, si tenemos en cuenta que los
habían amenazado, maltratado y temieron por sus vidas, estos
estaban protegiéndoles de la policía. En sus entrevistas a la
prensa fue evidente que apoyaban a los secuestradores. Una mujer
mantuvo después una relación con uno de los criminales y otra
creó un fondo de defensa legal para ayudar con los gastos de la
defensa. Evidentemente, los rehenes habían creado un vínculo
emocional con sus secuestradores.
El término Síndrome de
Estocolmo fue creado por Nils Bejerot, un psicólogo que se dió a
la tarea de explicar las razones que motivan a los secuestrados
a defender a sus secuestradores o agresores. El Síndrome de
Estocolmo se denomina como un estado psicológico en el que la
víctima de secuestro, o persona detenida contra su propia
voluntad, desarrolla una relación de complicidad con su agresor.
En ocasiones, los prisioneros pueden acabar ayudando a los
captores a alcanzar sus fines o evadir a la policía. Aunque no
se da exclusivamente en el caso de secuestradores sino más bien
de maltratadores, y la víctima adquiere una posición más o menos
"masoquista". Este caso no se ve exclusivamente en rehenes sino
también en prisioneros de campos de concentración, miembros de
una orden de culto, prisioneros de guerra, prostitutas, víctimas
de incesto, niños con abuso psicológico y mujeres maltratadas
por su familia o cónyuge.
Este fenómeno ha sido
tan tergiversado, que se piensa que es una "enfermedad" que le
pasa a "todas" las personas que atraviesan por una situación de
peligro o cautiverio.
Cuando alguien es
retenido contra su voluntad y permanece por un tiempo en
condiciones de aislamiento y sólo se encuentra en compañía de
sus captores, puede desarrollar, para sobrevivir, una corriente
afectiva hacia ellos que nada tiene que ver con sentimientos
sino más bien, es una reacción que todos ejercemos en momentos
de presión o abuso y tomamos diferentes posturas para poder
sobrellevar tal situación. Es un nexo consciente y voluntario
por parte de la víctima para obtener cierto dominio o algunos
beneficios de sus captores y bien como un mecanismo inconsciente
que ayuda a la persona a negar y no sentir la amenaza de la
situación y/o la agresión que sufre.
Todo esto no es nada más
que una táctica usada por delincuentes y abusadores para evadir
la justicia y salirse prácticamente con la suya. El síndrome es
aún mayor entre las mujeres jóvenes, aunque de todos los
estratos sociales.
En latinoamérica,
existen posibles casos famosos de personas que padecen o
padecieron de este síndrome. El periodista Jorge Enrique Botero,
en su más reciente libro titulado "Últimas Noticias De la
Guerra", narra las condiciones como Clara Rojas (abogada, de 43
años, ex compañera de fórmula de la ex candidata presidencial
Ingrid Betancourt, ambas secuestradas por las Fuerzas Armadas
Revolucionarias de Colombia el 23 de Febrero del 2002 (FARC),
dice que esta se relacionó con un guerrillero de las FARC y tuvo
un hijo en plena selva. "Esto no es el fruto de una violación o
de algo forzado, es el fruto de una relación; yo no podría decir
si es una relación de amor, de pasión o una cosa efímera o
duradera", dijo Botero a la radio local. Aunque claro todo esto
ha sido negado por la propia familia de la afectada y ha creado
tal controversia que tiene dividido a varios sectores en
Colombia.
Desde el principio del
secuestro se han manejado todo tipo de rumores. El periodista
francés Jacques Thomet, en su libro "Ingrid Betancourt:
¿Historia del Corazón o Razón de Estado?" ha hablado de una
relación sentimental entre Ingrid Betancourt y Guillermo León
Sáenz Vargas mejor conocido como Alfonso Cano y que su relación
tuvo frutos. Pero todo es puro rumor y especulación.
Aún así, esos dos casos
ya mencionados serían los primeros casos famosos conocidos en
latinoamérica, ya que hasta ahora no se han confirmado. Es que
no ha habido casos que hayan acaparado tanto la prensa.
Lo opuesto al Síndrome
de Estocolmo? Pues según rumores, es el “Síndrome de
Lima", con relación al secuestro de la Embajada Japonesa en
Lima, Perú, en Diciembre del 1996, en el que los secuestradores
tuvieron simpatía hacia las necesidades y litigios de los
secuestrados. Claro que esto no un síndrome oficial sino el
nombre que le dio los medios de comunicación con respecto a lo
opuesto al Síndrome de Estocolmo.
En nuestro país se da
otro tipo de casos, pero con igual relación al Síndrome de
Estocolmo como en miembros de una orden de culto, prostitutas,
víctimas de incesto, niños con abuso psicológico y mujeres
maltratadas.
En el caso de las
prostitutas es un problema a veces aislado, porque está el mito
de la "prostituta feliz", "o ella es una calenturienta" y esa no
puede ser exactamente la verdad porque estas tienen miedo al
"chulo", y por temor obedece y ejerce todo lo que este les pide.
En el caso de mujeres
maltratadas, es un caso muy complejo. Anteriormente la mujer
no estaba protegida. La promulgación de la Ley 24-97 fue
apenas el 27 de Enero de 1997. Desde mediados de los ochenta, el
movimiento feminista, introduce el término feminicidio. Durante
los noventa, la prensa empieza a reseñar en sus primeras páginas
estos crímenes manteniendo en la generalidad y hasta el día de
hoy, el apelativo de "crímenes pasionales" cuando ya la
situación caló a su punto final. Con tales fallas en el sistema
de nuestro país, qué mujer no temería por su vida cuando sabe
que las autoridades prácticamente no podrían hacer nada?
Las mujeres, actualmente y en épocas anteriores, cuando las
autoridades tocan a su puerta estas salen defendiendo al agresor
diciendo "aquí no pasa nada", y la excusa a los familiares es
"el es mi esposo y tengo que obedecerle" "me lo merezco porque
lo provoqué" "sólo es un poco enojón, pero es buen marido y trae
dinero a la casa","en pleito de marido y mujer nadie se debe de
meter", a todo esto el agresor se siente con todo el "derecho",
porque evade a las autoridades y a veces en nuestra sociedad eso
estaba, hasta cierto punto, aceptado. Mientras que la situación
no tiene sentido desde un punto de vista social, ¿tiene sentido
desde un punto de vista psicológico? La respuesta es sí. Estos
abusadores tienen tremenda habilidad para "el lavado de
cerebro".
El Síndrome de Estocolmo
ha sido la inspiracion para canciones (Blink-182, canción "Stockholm
Syndrome"), la pelicula "John Q" con Denzel Washington, 1999
James Bond "The World Is Not Enough", cuando James Bond
diagnostica a Elektra King que tiene el Sindrome de Estocolmo,
la novela de Ann Patchett llamada "Bel Canto, con respecto a la
toma de la embajada japonesa en Perú, los dibujos animados "The
Simpsons", cuando Homer regresa a casa sufriendo del síndrome, y
finalmente en la película ¡Átame!, de Pedro Almodóvar, cuando
Marina se enamora de su captor.
Ya cuando estas personas
han sido tratadas con mucha terapia psicológica, terapia de
familia, etc, se quedan atónitos al recordar sus síntomas y
conductas durante el episodio y a menudo dicen "No puedo creer
que pensara así", "¡No puedo creer que yo hiciera eso!" Otras
víctimas simplemente tratan de olvidar el pasado y hacen una
nueva vida.
Mi consejo y no soy una experta, es que como individuos y la
sociedad en general, no debemos de juzgar porque esto lo único
que hace es perjudicar a la persona afectada y, aunque no lo
crea, también a usted mismo. El Síndrome de Estocolmo es mejor
tratado con expertos médicos y lo único que podemos hacer es
brindar nuestro apoyo.
[email protected]
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