LA SEGURIDAD SOCIAL HALADA POR LOS MOÑOS (II)
La falta de información tiene a empleados y
empleadores desorientados. Porque, mientras
las autoridades del Consejo Nacional de Seguridad Social (CNSS)
han establecido un método para el cobro de lo que corresponde al
Plan Básico de Salud, todavía no se tienen noticias de los
servicios.
Los centros de atención
primaria, los honorarios de los médicos y los laboratorios,
elementos vitales para el comienzo de la ley, no han sido
habilitados faltando días para la entrada en vigencia del
seguro. En días pasados, escuchando un programa radial,
los productores hicieron una prueba para determinar que tan
rápido le atendían en la Dirección de Información y Defensa de
los Afiliados (DIDA), el teléfono sonó mas de diez veces en tres
ocasiones y no se pudieron comunicar con el departamento que
supuestamente tiene a su cargo la defensa y la información en el
caso de la ley en cuestión.
Mientras se han gastado
millones de pesos en campañas publicitarias no prioritarias,
estableciendo cadenas de radio y televisión a un costo
descomunal, la población luce abandonada. Con sobrada razón me
dijo una empleada bancaria: "nosotros no tenemos quien nos
defienda".
Es una ley injusta, si
tomamos en consideración que viene a disminuir los beneficios
que hoy tienen los que disfrutan de un seguro médico privado. La
doble cotización, prohibida de manera vehemente en el articulado
de la Ley 87-01, se pondrá de manifiesto debido a que muchos que
quieran conservar los privilegios que hoy tienen deberán comprar
planes complementarios voluntarios de las ARS privadas con la
finalidad de mantener los niveles de servicio que hoy tienen.
No se entiende que a
pocos días de la entrada en vigencia de la citada ley todo el
mundo luce desorientado, nadie sabe nada, hasta la
interpretación de los reglamentos de la citada ley lucen
contradictorios.
Por otro lado, si no se establece el fondo
para cubrir los accidentes automovilísticos que no sean
laborales, tendremos a una población totalmente desprotegida.
Los sectores fuertes
que, a decir de ciertas autoridades, no permitían que la ley
entrara en vigencia, seguirán siendo actores de rol protagónico
en esa actividad. Lo cierto es que todo se sabe tarde o temprano
y quienes han establecido los amarres para beneficiarse a costa
de ese odioso y obligatorio cobro, podrían tarde o temprano
pagar las consecuencias.
Por nuestra parte, sólo
pedimos a las autoridades que ofrezcan a la población
informaciones veraces y en grandes cantidades con la finalidad
de que el pueblo comprenda los beneficios e implicaciones de la
mencionada ley 87-01 en la parte correspondiente a la salud.
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